ROSA PEÑA DE GONZÁLEZ
Hija de Manuel Pedro de Peña y Rosario Guanes, nació en Asunción en 1843. Su padre, pariente político de don Carlos y funcionario de elevada posición en la Administración del Estado, vióse obligado a emigrar al Río de la Plata por diferencias que había tenido con el Presidente. Y Rosa Peña, que había quedado huérfana, acompañó en el exilio, a su padre, quien desde Buenos Aires, se convirtió en enconado detractor de don Carlos primero, y del Mariscal luego, a través de violentas publicaciones periodísticas que las firmaba "El Ciudadano Paraguayo"...
Ínterin, Rosa Peña seguía sus estudios en el Colegio de Huérfanas de la Merced, para luego recibir su título habilitante para el desempeño del magisterio. Apenas terminada la guerra, Rosa Peña regresó al país y se volcó de lleno a la noble tarea educativa, en los días más dramáticos de nuestra historia; en esa post guerra cargada de angustias y miserias. El historiador E. Cardozo anota que de un curso que habilitó en la capital, surgieron las primeras preceptoras -maestras- de la post guerra: Joaquina y Rafaela Machaín y Susana Dávalos. Por ese entonces, contrajo matrimonio con el Dr. Juan Gualberto González, de ascendente trayectoria política, que le permitió desempeñar sucesivamente importantes funciones: Presidente del Consejo de Educación; Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública en el gabinete del general Caballero, 1882/86, y Presidente de la República, 1890/94.
Se atribuye a la decisiva influencia de Rosa Peña, la expansión de la educación primaria, mediante la creación de escuelas en poblaciones del interior, y el retorno al país de las hermanas Speratti; y presumiblemente también el retorno de otros maestros paraguayos que tenían buena posición en Buenos Aires y optaron por volver al país para sumar sus concursos a la tarea de la reconstrucción nacional: Atanasio C. Riera, Manuel A. Amarilla, Estanislao Pereira, quienes cumplieron relevante función en la ardua tarea de la reorganización educativa. Rosa Peña de González extendió la influencia de su actuación a otros campos de la acción social; así la creación del Asilo Nacional, mediante su especial preocupación por los desamparados y menesterosos que deambulaban por la ciudad.
En junio de 1894, a dos meses del término de su mandato, fue depuesto, el presidente González, y exiliado a Buenos Aires; le acompañó su familia. Rosa Peña de González, falleció en 1899. Sus restos, repatriados en 1941, fueron depositados en un mausoleo de la Recoleta. Fueron sus hijos: Juan, Juana, Laura y Cerina González Peña.
Fuente: BREVE HISTORIA DE GRANDES HOMBRES. Obra de LUIS G. BENÍTEZ. Ilustraciones de LUIS MENDOZA, RAÚL BECKELMANN, MIRIAM LEZCANO, SATURNINO SOTELO, PEDRO ARMOA. Industrial Gráfica Comuneros, Asunción – Paraguay. 1986 (390 páginas)
ROSA PEÑA
Nació en Asunción el 30 de agosto de 1843. Su madre falleció siendo ella pequeña, y quedó al cuidado de su padre, Manuel Pedro de la Peña, quien llegó a estar preso durante la dictadura del doctor Gaspar Rodríguez de Francia cuando tenía tan solo 17 años. Fue amigo y asesor de Carlos Antonio López durante su periodo presidencial, pero tuvieron un conflicto y el padre de Rosa se vio obligado a emigar a Buenos Aires, llevándose consigo a sus cuatro hijos. Desde el exilio, se posicionó como detractor del presidente y luego de su hijo Francisco Solano López.
Rosa creció entre Asunción y Buenos Aires, donde asistió al Colegio de Huérfanas de la Merced. Allí recibió su título de maestra normal y se preparó para el magisterio, profesión que también había ejercido su padre. Llegó a ser directora de una escuela fundada por el entonces presidente Domingo Faustino Sarmiento.
Finalizada la Guerra Contra la Triple Alianza, en 1970, Rosa regresó a Paraguay y se instaló en la capital con el objetivo de desempeñar un papel clave en la reconstrucción de un país en ruinas. Recién llegada, fundó y dirigió una escuela para niñas, y de sus aulas egresaron algunas de las más importantes maestras de la posguerra, como Joaquina y Rafaela Machaín y Susana Dávalos. Por aquellos años, se casó con Juan G. González, por entonces un político con carrera ascendente, que pasó por diversos cargos hasta llegar a Presidente de la República entre 1890 y 1894.
En total fue responsable de la creación de unas 24 escuelas para niñas, 15 de ellas en el interior del país, y en 1884 fundó el Asilo Nacional a raíz de su preocupación por las personas sin hogar por causa de la guerra y la pobreza. Su influencia y su determinación en la expansión de la educación fueron factores decisivos para el retorno al país de muchos otros maestros y maestras que habían emigrado para formarse en el extranjero. Es reconocida también como una de las precursoras de la merienda escolar.
En junio de 1894, a dos meses del término de su mandato, su esposo fue depuesto del cargo y Rosa acompañó a su familia al exilio una vez más. Falleció en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1899. Sus restos fueron repatriados en 1941 y fueron colocados en un mausoleo del cementerio de la Recoleta.
Fuente: www.kunaroga.org
