Portal Guaraní - EL VIAJE IMPOSIBLE DE ALITALIA - Por Toni Roberto

Imagen: “Sueño de niño en el aeropuerto en 1974”. Dibujo: Toni Roberto, 2021.

Hoy Toni Roberto evoca el sueño de muchos niños, hijos de italianos llegados al Paraguay en la primera mitad del siglo XX, de viajar en una línea aérea que nunca pudo operar comercialmente en el Paraguay y que después de 74 años desaparece de los cielos del mundo.

¿Un viaje en Alitalia? ¿Qué tiene que ver con Cuadernos de Barrio?: Todo. Allá por 1974, el paseo obligado de muchos niños era ir todos los domingos al aeropuerto, en mi caso con mis padres, mi papá “italiano de Italia” y mi mamá “Más paraguaya que la mandioca”, recordando un libro de Aníbal Romero Sanabria; la distracción: ver el avión de Líneas Aéreas de España que en aquella época llegaba los domingos, un elegante Douglas DC 8 con el tradicional emblema de esta aerolínea española. En el pequeño salón del viejo aeropuerto de Asunción estaba la maqueta del nuevo aeropuerto que se inauguraría en los primeros años 80, donde también se veía un avioncito a escala de la aerolínea italiana, toda una atracción para los niños de aquella época.

Siempre preguntaba cuándo llegaría a Asunción aquella emblemática aerolínea, haciéndome la idea de que aquel avión que veía los domingos tenía el emblema de la aerolínea italiana. En aquellos principios de los años 80, me sentaba en una silla del viejo café San Marcos en la mesa de los italianos de aquel legendario espacio; el señor Ignacio Melis, dueño de la vieja agencia de viajes Mundial Tour, mi padre y el señor Pascuale D’Amore, representante de la aerolínea italiana en el Paraguay, cuya oficina quedaba en el piso 2, oficina 3, del viejo edificio Segesa, en el gran ventanal estaba ubicado un cartel de Alitalia, como diciendo: “Algún día vendremos”.

En aquellos cafés siempre escuchaba las reuniones para buscar la estrategia de que la línea de bandera italiana llegue por lo menos una vez al mes. Alitalia era soñada por miles de italianos que llegaron en barco al Paraguay en la primera mitad del siglo pasado, muchos de ellos partieron sin poder volver ni siquiera a visitar su país natal por varios motivos, el más frecuente: los problemas económicos.

“En dos ocasiones excepcionales tuvimos la suerte de ver la llegada de Alitalia al Paraguay, en 1988 el papa Juan Pablo ll volvió en un Boeing 747, ya que había llegado de Lima en un avión de Aeroperú, y en el 2015 el papa Francisco lo hizo en un Airbus A330″, nos cuenta Alessandro Molfesi, representante de la hoy extinta Alitalia. Nos sigue diciendo: “En 1988 alguien de la aerolínea tenía que recibirle a Juan Pablo ll y como la figura principal era el señor D’Amore, pero como ya tenía una avanzada edad me pidió que lo haga por parte de la compañía, así tuve ese gran privilegio”, recuerda emocionado después de más de 30 años.

Hace unos días escucho en las redes una hermosa voz femenina que decía: “Signora é signori, en annanzitutto volevo ringraziarvi per averci accompagnato durante questi 74 anni. Oggi é il nostro ultimo volo Alitalia, di cuore grazie per aver volato sempre con noi e per averci dato fiducia” (señores y señoras, les quiero agradecer por habernos acompañado durante estos 74 años, hoy es nuestro último vuelo Alitalia, de corazón les agradezco por haber volado siempre con nosotros y por su fidelidad). Con estas palabras, aquellos sueños de muchos niños paraguayos, hijos de inmigrantes italianos de primera generación, que mirábamos maravillados aquel moderno “jet cuatrimotor” que estaba en la vidriera de la agencia de viajes del señor Melis de 15 de Agosto casi Palma o levantábamos la mirada observando el gran cartel del piso 2 del edificio Segesa, volvían a mi memoria, pero solo como un sueño que no pudo cumplirse, solo el recuerdo de ir todos los domingos al viejo aeropuerto a mirar la llegada de un avión e imaginarnos una llegada imposible. ¡Adiós, Alitalia!

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