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Juan Ignacio Sorazábal (+)

  GERÓNIMO ZUBIZARRETA - Ilustración de JUAN IGNACIO SORAZÁBAL


GERÓNIMO ZUBIZARRETA - Ilustración de JUAN IGNACIO SORAZÁBAL

GERÓNIMO ZUBIZARRETA

Ilustración de JUAN IGNACIO SORAZÁBAL

 

El gran caricaturista paraguayo

“CHUCHÍN” SORAZÁBAL,

satirizó así a los principales políticos liberales.

Una prueba evidente de la libertad de prensa que disfrutaba Paraguay.

 

 




ÍNDICE GENERAL

 

Dedicatoria/ Prólogo/ Cronología biográfica del Dr. José P. Guggiari. Ficha técnica

CAPÍTULO I

·         Antecedentes personales del doctor Guggiari/ Primeras actividades políticas/ Liberalismo de avanzada/ La elección de Manuel Gondra/ Admirable discurso del diputado Díaz León/ Rebelión militar de 1922-1923/ Consolidación del Partido Liberal/ Compromiso electoral liberal-colorado/ Los problemas del Chaco con Bolivia/ La Convención liberal del 5 de enero de 1928/ Segunda Conferencia de Buenos Aires

CAPÍTULO II

·         Elecciones presidenciales del 15 de abril de 1928/ El debate sobre el Arzobispado/ Guggiari, Presidente electo, se despide de los diputados/ Respuesta de la bancada colorada/ El 15 de agosto de 1928 Guggiari jura el cargo/ La conspiración militar/ El anarco-sindicalismo/ Rivalidad entre anarquistas y comunistas  / Agravamiento de la cuestión internacional/ La participación comunista

CAPÍTULO III

·         Incidentes del Chaco como tema de agitación política/ Sucesos del 23 de octubre de 1931/  El presidente Guggiari se dirige a la Escuela Militar/ El motín del 23dcoctubre de 1931/ Asalto al Palacio de Gobierno/ Solidaridad liberal con el presidente Guggiari

CAPÍTULO  IV

·         Juicio político/ Resolución de la Comisión Especial del Congreso/ Los hechos del 23 de octubre de 1931 (continuación)  / El país recupera su tranquilidad espiritual

CAPÍTULO V

·         El Consejo de Defensa Nacional  / Política social del presidente Guggiari/ Las finanzas en la presidencia del doctor Guggiari/ La educación en la presidencia del doctor Guggiari/ La salud bajo la presidencia del doctor Guggiari/ Economía nacional 1927-1932/ Algunas obras        en los años públicas 1928-1932

CAPÍTULO VI

·         Retomar Pitiantuta/ El doctor Guggiari durante la Guerra del Chaco/ Eligio Ayala, Lisandro Díaz León y Pedro Bruno Guggiari/ Protocolo de Paz Paraguayo-Boliviana

Capítulo VII

·         Convención liberal del 20 de enero de 1935/ Los “ libertadores” imponen el nazi-fascismo/ Manifiesto del Partido Liberal al pueblo de la República/ El país  después del 17de febrero de 1936/ Atomización de las Fuerzas Armadas de la Nación/ El régimen del general Estigarribia/ El doctor Guggiari y el general Estigarribia

Capítulo VIII

·         El dictador Morínigo pretende disolver al Partido Liberal/ Manifiesto liberal de enero de 1943/ Falso y mentiroso nacionalismo de Morínigo.

Capítulo IX

·         El 9 de junio de 1946/ Discurso del doctor Guggiari a su regreso del exilio/ Funesta actuación del "Guión Rojo"/ Alzamiento militar institucionalista de 1947/ Manifiesto del Directorio del Partido Liberal/ Actuación del doctor Guggiari inmediatamente después de la derrota de 1947

Capítulo X

·         Propuesta para la normalización del país  / Campaña periodística de "Heraldo”/ Una gestión ejemplar del doctor Guggiari a favor de la democratización del país  / José P. Guggiari, defensor del pueblo, por Fernando Talavera

 

 

 

PRÓLOGO

 

Tres sílabas en un nombre. Símbolo de un partido político. Una trinidad de ideales, de fe y de sentimientos, para cientos de miles de ciudadanos.

José P., cuando arengaba, era una emoción de esperanzas contagiosas. No fue un demagogo. No esgrimió la mentira como promesa. Ofreció siempre una gran causa por la que luchar, y en la lucha iba al frente.

Miles de paraguayos lo quisieron y le veneraron. Pero jamás despertó en ellos idolatría.

 No era un hombre que fundara sus argumentos en agravios. Su lema era la conciliación. Había aprendido de Taboada que la tolerancia fuese el principio rector de su apostolado cívico.

Combatió, en las filas del partido en que militó, el personalismo. Y lo pregonó en sus encendidos discursos, para que no se lo cultivara en la nación. El personalismo, decía, divide y encona. Reclamaba para el Paraguay, para la política, la conciliación y la transacción en el disenso.

Así como tuvo amigos y seguidores, tuvo también furibundos enemigos. Unos y otros, quienes lo seguían y quienes lo combatían, parecían encontrar a su lado esa unificación tentadora que la generosidad estimula.

Era un apasionado de los logros obtenidos por el Paraguay allá por 1917: la ley electoral que implantó el voto secreto y la ley orgánica militar. Años después me expresó en una carta: "Desde entonces, ni los militares necesitaron ya de los civiles, ni éstos de aquéllos para alcanzar posiciones políticas".

José P., según le conocí y aprecié en conversaciones y correspondencia, era un gran caudillo. Inteligente, ilustrado, idealista y práctico. Tenía la virtud de adaptarse, con sencillez y autoridad, al hablar y al explicar su política a los demás.

Se hacía comprender con el vocabulario vulgar, o si necesario fuera con sólidos conocimientos, tan bien como esgrimía los principios del derecho. Lo hacía con espontaneidad, con el continente bondadoso y con permamente buena fe. No mentía ni engañaba. Ponía en todo, proporción y responsabilidad. Hombre de ideas e ideales, poseía el buen sentido suizo, propio de su sangre.

En uno de nuestros diálogos me atreví a preguntarle:

 "¿Por qué, siendo usted presidente de la República, dio la orden de tomar Pitiantuta, sabiendo que eso significaría la guerra?".

Me respondió: "Porque interpreté que el pueblo estaba harto de la paz armada. Recordarás esa sorda y muda guerra de la incertidumbre. Tuve la impresión de que, de una vez, el Paraguay estaba buscando decidir su destino. Te confieso que muchas veces me pregunté si había sido yo culpable o no de la guerra. Hoy creo que entonces, para todos los paraguayos, la guerra era inevitable".

José P. fue un hombre sin odios. Se manejaba con discreción, con ese borrador del olvido. Jamás le oí recordar un agravio. Y supe de muchos que se le hicieron. Permítaseme mencionar uno. Destituido el gobierno del coronel Rafael Franco, alguien se le acercó para decirle: "Doctor Guggiari, no es su hora".

José P. calló y se marchó de vuelta al exilio. Cuando retornó el 14 de agosto de 1946, apoteósicamente aclamado por la mayor muchedumbre que jamás haya visto Asunción en un acto político, aquel interlocutor se le acercó para marchar junto a él. Pero José P., apartándolo, le dijo: "No es su hora". No obstante, durante la lucha contra la tiranía del general Morínigo, José P. se avino a restablecer la relación. En su espíritu no cabía el rencor.

Advirtiendo el desborde socializante que invadía su partido, le sugerí que, haciendo uso de su autoridad moral y de su jerarquía política, tratase de detener esa corriente. Me respondió a vuelta de correo: "Ese sistema unipersonal de jefatura no está en mis convicciones, ni en mi tradición, porque siempre lo he combatido".

Una lección sobre la consecuencia de su conducta.

Un amigo del coronel Arturo Bray contaba que éste le había hecho la siguiente confidencia. En aquel azaroso y anárquico 23 de octubre de 1931, en que tenía alojado al presidente Guggiari en la Escuela Militar, casi pasada la siesta, "fui a su habitación y lo vi descansar en un apacible sueño, lo que me convenció de que no tenía culpa. Teniendo yo poder suficiente, sus enconados adversarios estimularon mi ambición, pero decidí defenderlo".

Fue la postura de un soldado consciente y responsable.

Este y otros testimonios, algunos vertidos por adversarios políticos de José P. que no vacilaron en hacerle justicia, son expresiones que fortifican el espíritu de quienes buscamos conciliación en este siglo del amor y la reciprocidad, en la generosa grandeza de la reconciliación paraguaya.

DOCTOR BENJAMÍN VARGAS PEÑA

 

 

 

CRONOLOGÍA BIOGRÁFICA DEL DR. JOSÉ P. GUGGIARI

FICHA TÉCNICA

 

El doctor José P. Guggiari nació en Asunción (Paraguay), el 17 de marzo de 1884 en el hogar de don Pedro Guggiari y doña Petrona Corniglioni, ambos de nacionalidad suiza, del Cantón Ticcino en italiano y Tesino en español.

Fueron sus hermanos doña Clotilde, casada con su primo don Pietro Guggiari, ascendientes de los Balmelli Guggiari; doña Fredesvinda, casada con don José Forteza; doña Herminia, casada con don José Guggiari; y el doctor Pedro Bruno Guggiari; inolvidable Intendente Municipal de la ciudad de Asunción, de hasta hoy día insuperable gestión pública, casado con doña Ana Brun, cuyos hijos son Herman, Brunilde, Gonzalo, Mila y Ezio Guggiari Brun, y sus respectivos descendientes.

 De su unión con doña Juana Riquelme nació doña Dora Clementina Guggiari Riquelme de Peralta, tronco de los Peralta Guggiari. Posterior-mente, el doctor Guggiari contrajo matrimonio con doña Rosa Rojas, de donde provienen doña María Estela Guggiari Rojas, soltera, y don José Antonio Guggiari Rojas, casado con doña Alejandra Marisco, padres de Indiana Rosa Guggiari Marasco.

El doctor José P. Guggiari cursó estudios primarios y secundarios en el Colegio Nacional de Asunción. Al estallar la Revolución de 1904 se incorporó al campamento revolucionario de Villeta, juntamente con la mejor juventud de la época.

Comenzó sus actividades periodísticas en el semanario "ALÓN", órgano de la Juventud Liberal, y luego en diversos diarios de Asunción, distinguiéndose por su estilo combativo.

Una vez Bachiller, ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción. Ejerció las siguientes funciones: miembro del Consejo Nacional de Educación, agente fiscal en lo Penal y al recibirse de abogado, en 1910, fiscal general del Estado.

Participó en las luchas contra la dictadura del coronel Albino Jara y fue protagonista de la revolución liberal de 1912, que normalizó la vida paraguaya.

Diputado en 1913, presidió esta rama del Poder Legislativo en 1918. En 1920 el Presidente de la República, don Manuel Gondra, le con-fió el Ministerio del Interior, cargo que ejerció hasta el estallido de la rebelión militar de 1922-1923, en cuyo desarrollo tuvo destacada actuación. Restablecida la normalidad democrática, volvió a ser elegido diputado y luego presidente del Partido Liberal.

En 1927 fue vocero de la delegación nacional que concurrió a la Conferencia de Buenos Aires, reunida para buscar un arreglo al pleito de límites con Bolivia, sosteniendo la tesis del arbitraje de derecho, solución tradicionalmente sustentada por el Paraguay en dicho conflicto.

Fue electo Presidente de la República por el período constitucional 1928-1932, en comicios limpios, en que derrotó al candidato de la Asociación Nacional Republicana, don Eduardo Fleitas. Desde el gobierno, adquirió elementos bélicos para enfrentar un eventual conflicto con Bolivia. En materia internacional contó con el invalorable concurso de su ministro de Relaciones Exteriores, doctor Gerónimo Zubizarreta.

Producido el asalto al Palacio por turbas extremistas, el 23 de octubre de 1931, solicitó su propio juicio político, para deslindar responsabilidades. A dicho efecto delegó el mando en el Vicepresidente de la República, don Emiliano González Navero, entre el 24 de octubre de 1931 y el 27 de enero de 1932, en que reasumió la jefatura del Poder Ejecutivo, al resolver el Congreso Nacional su absoluta inocencia en dicho suceso.

El 15 de junio de 1932, en plena paz, los bolivianos se apoderaron de Pitiantuta, donde se hallaban instalados efectivos del Ejército paraguayo. El presidente Guggiari ordenó la retoma de dicho fortín, el 15 de julio, operativo con el que se iniciaron las hostilidades en el Chaco. El 15 de agosto de dicho año entregó el mando a su sucesor, el doctor Eusebio Ayala.

Durante todo el conflicto chaqueño (1932-1935) prestó relevantes servicios al país. Al producirse la rebelión militar del 17 de febrero de 1936 el doctor Guggiari soportó el exilio, hasta la caída de la dictadura del coronel Rafael Franco. De vuelta al país, retornó a sus actividades políticas y personales.

Desafecto a la Carta Política de 1940, se le sugirió que se trasladara al exterior. Tras el fallecimiento del mariscal Estigarribia, fue sañudamente perseguido por la dictadura del general Morínigo. Regresó al país el 14 de agosto de 1946, triunfalmente recibido por millares de compatriotas. Sin embargo, amenazado de muerte por el "Guión Rojo" (banda armada militar-policial al servicio del sector "moriniguista" del Partido Colorado), sus correligionarios le aconsejaron que se instalase momentáneamente en Buenos Aires, para evitar su asesinato.

Allá le sorprendió el levantamiento democrático e institucionalista del 8 de marzo de 1947, producido en la ciudad de Concepción, con el cual cooperó eficazmente. El adverso desenlace final, en agosto de aquel año, marcó el comienzo de una sangrienta represión en el Paraguay.

El presidente del Partido Liberal, doctor Gerónimo Zubizarreta, falleció el 14 de mayo de 1952, siendo designado el doctor Guggiari para ejercer ese cargo, por unanimidad del directorio partidario, hasta su muerte, el 27 de octubre de 1957, en el exilio. Sus restos fueron inhumados en el panteón de don Juan B. Gaona, en el cementerio de la Recoleta de Buenos Aires, con expresa prohibición de la dictadura del general Stroessner de repatriar sus despojos mortales al Paraguay.

Contrariando los perversos designios de Stroessner, un grupo de familiares del doctor José P. Guggiari organizó clandestinamente el retorno del féretro del ilustre ex presidente de la República a su patria, con el concurso de una ambulancia proporcionado por el señor Crichigno, que atravesó raudamente la frontera. Participaron de este operativo la señora María Marta Peralta Guggiari y los señores Herman, Gonzalo y Ezio Guggiari Brun, acompañados del abogado Carlos Balmelli Guggiari y el escribano Adolfo Giménez Uriarte, y su fiel servidor don Teodoro Samaniego, quien siempre, en las buenas y en las malas, estuvo a su lado. Esto ocurrió el 5 de enero de 1969.

Desde entonces el doctor Guggiari reposa en el Panteón de la Sociedad "18 de Octubre" del Cementerio de la Recoleta, en Asunción del Paraguay, donde recibe permanentemente el homenaje de sus compatriotas.



Ilustración del libro: JOSÉ P. GUGGIARI - DEFENSOR CIVIL DEL CHACO

por MANUEL PESOA

Intercontinental Editora, Asunción-Paraguay 2005

(185 páginas)

 

 

 

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