|
.
HORAS DE AUSENCIA
Qué triste virgen mía las horas se suceden
qué pálida es la aurora faltándome tu amor
el cierzo entristece las ramas yes no mecen
ni canta en los ramajes el débil ruiseñor.
….. Oculta el sol naciente su luz esplendorosa
….. ni muestra en su pinceles el místico rosal
..… ni la luna que ambula saliente y misteriosa
….. retratan virgen pura tu rostro en su cristal.
A veces delirando en mi sueño anheloso
paréceme que viene mis labios a besar
y unido para siempre con laras venturosas
los dos nos prometimos par siempre siempre amar.
….. Y sueño que tu beso como a un fragante lirio
….. que soy de tu hermosura el único señor
….. mas luego al despertarme de aquel dulce delirio
….. reemplaza a la quimera la ausencia y el dolor.
En alas de los vientos que corren clamorosas
tu acento cariñoso paréceme llegar
mas luego enloquecido lo escucho candoroso
perderse en el vacío cual tenue sollozar.
….. Ya otro sol y otro cielo te besan virgen pura
….. por eso entristecida mi lira enmudeció
….. la capa de mi vida se llena de amargura
….. marchita llevo el alma y helado el corazón.
Por eso aunque enlutada está en la noche triste
y el lampo de ese cielo la lumbre yes empañó
y para eterna pena consuelo ya no existe
pues lóbrego infortunio mi ventura truncó.
.
Fuente:
Recopilación: MARIO HALLEY MORA
y MELANIO ALVARENGA.
Asunción-Paraguay 1991.
.
|
