Portal Guaraní - SAN FRANCISCO, UN TEMPLO RENOVADO - Por LUIS VERÓN

Hace tres años, un grupo de parroquianos devotos de San Francisco empezaron —parafraseando al “poverello” de Asís— haciendo lo necesario, continuando haciendo lo posible y hoy ven, alborozados, que hicieron lo que muchos consideraban imposible: la restauración del templo franciscano de Asunción.

Nació como un sueño, como un anhelo, como una idea. De la nada y sin nada. Ese sueño, ese anhelo, esa idea, por medio del entusiasmo, el ahínco y el afán, hoy es una concreción. El muy asunceño templo dedicado a San Francisco de Asís, en la calle Herrera casi Caballero, hoy luce rejuvenecido y con todo su esplendor original.

La iglesia dedicada a San Francisco es muy importante para la colectividad católica del barrio donde está enclavada. Forma parte de la historia de este y de la vida de los pobladores, pues enfrente estaba una humilde escuelita que cobijó a muchos chicos del barrio y de la cercana Chacarita, un caserío de gente humilde ribereña. En sus aledaños también funcionaba la emisora católica –hoy, la más antigua emisora de radio del país– fundada por el fraile Luis Lavorel. Esta estuvo –durante décadas– manejada por los padres franciscanos, y era vehículo de conexión entre la parroquia y los parroquianos por medio de sus programas religiosos y transmisiones de la antaño tradicional misa vespertina.

El templo franciscano, inaugurado en 1901, conoció de varias intervenciones que fueron agregándose a la estructura original, como la sacristía, la galería, el claustro y demás dependencias que sirven de sede a la orden franciscana y que, en su momento, también serán objeto de trabajos de recuperación y restauración.

El hermoso templo de estilo neoclásico es uno de los tradicionales hitos edilicios de la capital paraguaya. Construido en los albores del siglo XX, ya va transitando los primeros 12 años de su segunda centuria y, como todo ente centenario, ya venía mostrando los achaques propios del paso del tiempo. Para el buen observador, eran visibles los deterioros que presentaba el edificio; inclusive, era notoria la inclinación del artístico campanario. Pero lo no visible no estaba en mejores condiciones. Tenía serios problemas estructurales: cimentación, muros, cabríadas y techumbre presentaban también daños y deterioros propios del paso del tiempo.

Ante el grave estado general del templo franciscano, un grupo de preocupados parroquianos, hace tres años, empezaron a reunirse para conformar un equipo que trabaje en pos de la restauración integral del edificio. De esa manera nació el proyecto “Rescatemos San Francisco de Asís”, como una comisión –presidida por el párroco José María Zubizarreta– y compuesta por siete subcomisiones.

La comisión dispuso a un equipo de especialistas los trabajos de relevamiento, diagnóstico, asesoramiento, y la preparación de un presupuesto estimativo de los trabajos de restauración y puesta en valor. El resultado fue presentado al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, a cuya instancia, dichos trabajos fueron elaborados por alumnos y docentes de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad Nacional de Asunción, que hicieron los estudios previos y que fueron donados íntegramente a la parroquia de San Francisco de Asís.

Para la aceptación de dichos estudios, también participó la Secretaría Nacional de Cultura. Para la realización de los trabajos de restauración, se llamó a licitación y fue adjudicada la empresa Alberto Barrail e Hijos, con un contrato de más de G. 1.000.000.000. Los trabajos en sí empezaron hace poco más de un año, el 12 de setiembre de 2012.

Además de los fondos puestos por el Estado, los parroquianos se movilizaron intensamente, y realizaron numerosas actividades para recaudar dinero y solventar los ingentes gastos realizados.

Se procedió a realizar trabajos de escarificación y posterior retiro de siete capas de pinturas hasta la recuperación de su color original, que fue objeto de trabajos de limpieza y consolidación.

No solo la estructura edilicia del edificio fue intervenida, también se realizaron la consolidación de los pilares laterales de mampostería, restauración de las aberturas: ventanales, tragaluces, puertas –a los que se les devolvió su esplendor original–.

Se arreglaron los desagües fluviales, la instalación eléctrica, el retablo principal –trabajo a cargo de reconocidos profesionales en la materia–, que se limpió, sanitó, se le restituyó su película colorida, se restauraron las imágenes, se recuperaron sus colores originales. También se intervino el ábside, resaltando sus colores originales, y se restauraron y resaltaron discretamente las molduras, frisos y cornisas interiores, etc.

Hasta las raíces de unos irreverentes guapo’y tuvieron que ser extraído de los gruesos muros, pues ponían en serio riesgo la integridad del centenario edificio.

Luego de un año de intensos trabajos, superando todos los obstáculos e inspirados en la advocación franciscana y bajo el cobijo generoso de la cruz, los trabajos llegaron a su fin –en su primera etapa– y fueron inaugurados ayer con la presencia entusiasta de todos los parroquianos.

Es pertinente recordar los nombres de los principales responsables de los trabajos: Hugo Falcón, ingeniero jefe de obras, por parte de la empresa adjudicataria; la arquitecta residente en obra, María Luisa Blanes, y el cura párroco José María Zubizarreta.

Junto a los miembros de la Comisión Ejecutiva y de las subcomisiones, así como de los parroquianos en general, acompañaron el día de ayer a las autoridades nacionales y religiosas al acto de la habilitación de las obras. Un ejemplo de que juntos, y si se quiere, se hacen las cosas bien.

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