EFRAÍM CARDOZO: LA HISTORIA COMO HAZAÑA DE LA LIBERTAD

Por MILDA RIVAROLA

“Tarea impostergable es desentrañar el sentido de nuestra historia, porque según el significado que la encontremos será nuestra actitud ante los problemas del presente y los enigmas del porvenir. No ha de ser una misma la conducta si nos creemos juguetes de ciegos fatalismos, impulsados hacia destinos desconocidos, o si sentimos nuestra historia como una elaboración humana aplicada a conscientes fines”.

El maestro lleva ya medio siglo ausente, y su voz sigue resonando como si fuera ayer. La palabra pausada y tranquila de quien vivió gran parte de la tormentosa historia paraguaya del siglo XX, de quien nos dejó su mejor memoria con una pasión y una honestidad intelectual sorprendentes. Quizá solo una mujer, Branislava Susnik, nos haya legado una obra comparable a la de Efraím Cardozo en rigor científico y en extensión.

Es hoy difícil imaginar tan prolífica labor en un hombre que dedicó gran parte de su vida a la actividad política –diputado, ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública en uno de los gabinetes de J.F. Estigarribia, la militancia en los exilios, la presidencia del Partido Liberal–; o a la gestión diplomática –fue embajador en Buenos Aires y uno de los firmantes del Tratado de Paz con Bolivia–. Fue finalmente un erudito senador, cargo que ejercía en el momento de su muerte. Que además sumaba a sus cátedras cotidianas –en universidades y colegios– una permanente labor periodística y crítica.

Siguiendo la mejor tradición de intelectuales liberales, fue secretario de redacción y director de El Liberal (1925/36); colaborador de La Razón y La Nación de Buenos Aires (1936/7 y 1942/53); redactor de El Heraldo (1951/3); editor de temas históricos de La Tribuna (1964/73), director de El Radical y colaborador de ABC Color.

Y con la misma intensidad con que supo vivir su presente, su curiosidad se extendió a toda la historia paraguaya. En esa pretensión omnisciente, el historiador paraguayo (cuya obra fue reconocida con el Premio Alberdi-Sarmiento) se emparentaba al gran Michelet. Pensar la historia como totalidad, pensar toda la historia.

Como tantos otros historiadores paraguayos, Cardozo eligió la carrera del Derecho. La pasión de conocimiento debió despertarse precozmente en este joven guaireño cuyo padre, Ramón I. Cardozo, dio sustento teórico y logró implementar una de las más radicales reformas educativas del país en las primeras décadas del siglo pasado.

El tema de su tesis doctoral, “El Chaco en el Virreynato del Río de la Plata” daría origen a otros trabajos, publicados en plena guerra contra Bolivia. “El Chaco en el régimen de las Intendencias. La creación de Bolivia” apareció en 1931, y otras dos obras Aspectos de la cuestión del Chaco (1932) y El Chaco y los Virreyes (1933) testimonian esa obsesiva indagación del “sentido de la historia” desde las exigencias de su tiempo.

Su exilio durante la dictadura del Morínigo es igualmente prolífico: a La Fundación de la ciudad de Asunción en 1541 (Buenos Aires, 1942) sucede su excelente contribución a la Historia de América y de los Pueblos Americanos publicada bajo el título de Paraguay Independiente (Tomo XXI, Salvat, Barcelona, 1949), que hasta nuestros días es bibliografía obligada sobre un extenso periodo de nuestra historia.

Esas fueron sus primeras publicaciones del ostracismo: la sucesión de golpes de Estado y regímenes dictatoriales lo llevarían a recorrer en sus ocho exilios varios países de la región platense. Y el exilio de la intelectualidad paraguaya significaba –contradictoriamente– casi la única oportunidad de exhumar archivos y bibliotecas imprescindibles para la comprensión de nuestra historia.

En las décadas del 40 y del 50, Cardozo empieza a investigar el tema al que dedicaría sus mejores años: La Guerra de la Triple Alianza. A las Vísperas de la Guerra del Paraguay sucede poco después el documentado estudio El Imperio del Brasil y el Río de la Plata. Antecedentes y estallido de la guerra del Paraguay (1961).

Encuentra tiempo para sumarse a la polémica sobre lo sucesos políticos de 1931 en 23 de octubre. Una página de historia contemporánea del Paraguay (1956), enfrentando la interpretación nacionalista de eventos que lo tuvieron a él como testigo presencial. Como historiador sabe que la objetividad riñe con la “historia” de su propio presente.

Su honestidad intelectual lo lleva a presentar este “testimonio... no tanto como historiadores, sino como integrantes del movimiento liberal en el Paraguay”.

Al cumplirse el primer centenario de la Guerra Grande, su obra se multiplica y adquiere gran divulgación con las columnas de La Tribuna, en la que relata con rigor y minuciosidad hasta los más mínimos eventos diarios de esa contienda. La edición en trece tomos de Hace cien años, Crónicas de la guerra de 1864-1870”, lo sitúa entre los mayores historiógrafos de la guerra de la Triple Alianza.

Hizo así historia para todos, en un lenguaje periodístico que creó escuela en el país. Volvería a colaborar con Arturo Schaerer y La Tribuna en “Hoy en nuestra historia”, que tuvo una primera edición como libro en sus “Efemérides de la Historia del Paraguay” (1967).

Otro monumental trabajo, “Historiografía paraguaya I. Paraguay Indígena, Español y Jesuita” (México, 1959) testimonia la erudita afición del historiador - bibliófilo. Su deseo de recorrer toda la historia patria desde sus mismos orígenes y de volverla accesible a todos, se materializó finalmente en El Paraguay Colonial, Las raíces de la Nacionalidad y en su Breve historia del Paraguay (1965). Con Los derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guairá se sumó al debate que está en el origen de Itaipú.

Este inmenso historiador vivió sus últimos años militando con tranquila pasión en momentos extremadamente difíciles para el liberalismo y la democracia, exigiendo respuestas a la historia para los desafíos del porvenir. Entendiéndola como una hazaña de la libertad.

La mirada cardoziana sobre el pasado sigue construyendo el presente de las siguientes generaciones en colegios y universidades. Su Breve Historia (con once reediciones) es un texto ineludible para estudiantes del tercer ciclo; el Paraguay Independiente y los Apuntes de Historia Cultural son bibliografía esencial de cátedras de universitarias de filosofía e historia.

Dos extensos y rigurosos estudios – Hace Cien años; y El imperio del Brasil y el Río de la Plata– también fueron reeditados al constituir hasta hoy fuente obligada de cualquier investigación sobre la Guerra de la Triple Alianza.

La vigencia de la cuestión energética en el Paraguay condujo a una reedición popular de sus Veinte preguntas sin respuesta sobre los Saltos del Guairá. Dos obras, El Paraguay colonial y Paraguay de la conquista (de publicación póstuma) formaban parte de una ambiciosa –e inconclusa– Historia General del Paraguay.

Su Historiografía paraguaya I, Py indígena, Español y Jesuita fue reeditada por el Instituto Panamericano de Geografía e Historia, con sede en México.

Junto a las Efemérides de la historia se convirtieron en piezas valiosas de coleccionistas bibliófilos. Otras obras de edición agotada -23 de octubre; Vísperas de la guerra del Paraguay; El Chaco en el régimen de las Intendencias- y sus numerosos artículos y opúsculos merecen integrar alguna comentada edición de Obras Completas.

Honrando así al maestro que entregó a nuestra historia su más bello e inmenso legado.

*Actualización de un artículo publicado en la Revista Semanal de Ultima Hora, en abril de 1998.

Efraím Cardozo nació en Villarrica en 1906; hijo del maestro Ramón Indalecio Cardozo y Juana Sosa; falleció el 10 de abril, hace 50 años. La mirada cardoziana sobre el pasado sigue construyendo el presente de las siguientes generaciones en colegios y universidades.

Fuente: ULTIMA HORA (ONLINE)

Sección CORREO SEMANAL

Sábado, 22 de Abril de 2023

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