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Historia Política


Bando de la Junta Superior Gubernativa del 6 de enero de 1812
(09/06/2010)

EL BANDO DEL 6 DE ENERO

Por MARGARITA DURÁN ESTRAGÓ

 

El programa cultural de la Junta SuperiorGubernativa constituye un hito del Bicentenario por su proyecto educativo manifestado mediante el Bando del 6 de enero de 1812. La Junta restauró y acrecentó los establecimientos de enseñanza, impartió instrucciones a los maestros de escuelas, creó la Sociedad Patriótica Literaria y patrocinó la enseñanza pública en los albores de la Independencia.

Cabe señalar que, en ese tiempo, la Junta se hallaba integrada por tres miembros: Fulgencio Yegros, Pedro Juan Caballero y Fernando de la Mora. José Gaspar de Francia, molesto, había renunciado en forma irrevocable y sus compañeros de la Junta aprovecharon su alejamiento para demostrar que no era Francia el único paraguayo inteligente, capaz de gobernar el país. También Bogarín había renunciado.

Recordemos que los preparativos bélicos para contener al ejército de Belgrano hicieron que el Real Colegio Seminario de San Carlos fuese ocupado, a fines de 1810, y las rentas de educación pasaron a engrosar los gastos militares. Los sucesos de la Revolución de Mayo de 1811 postergaron la normalización de la instrucción pública, tarea que le cupo a la Junta Superior Gubernativa.

Fue pues, durante la ausencia de Francia que la Junta dictó el plan de estudios y declaró la obligatoriedad de la educación pública. Al respecto, los próceres manifestaron en el citado Bando que la educación era "la base y el manantial de las virtudes morales. Todo pende (depende) en el hombre de la instrucción: poder, valor, heroísmo y cuanto puede elevarlo en esta vida sobre el común de los demás mortales. Todo está inspirado, fomentado y promovido por la buena educación; no son menester documentos para persuadir esta verdad; hechos y progresos la autorizan demasiado... Las escuelas son el taller en que se forman los grandes prelados y magistrados civiles y militares. La instrucción no solamente es adorno, más también prenda necesaria a los que siguen la gloriosa profesión de las armas. Los jefes políticos y militares más se sostienen con la autoridad y buen uso de los conocimientos científicos que con la fuerza y poder".

Desde los tiempos de Hernandarias, el Paraguay había apostado por la educación: "SIN SABER, NO HAY GOBIERNO", solía exclamar aquel gobernante criollo.

En una reunión de notables celebrada a invitación de la l unta, el 8 de enero de 1812, se estudió "el plan de instrucción y enseñanza pública". Como resultado de las deliberaciones se fundó la Sociedad Patriótica Literaria, corporación a la que se encomendó la dirección de la instrucción pública. Integraban la misma: el Provisor y Vicario General de la Diócesis, el doctor Juan Baltasar de Casajús; por la Junta, el doctor Luis Zavala y por el Cabildo, José Mariano Valdovinos, además de los catedráticos: el dominico fray Eduardo Torres, el franciscano Fernando Caballero y el joven Juan Andrés Gelly que estaba llegando de Buenos Aires.

Al día siguiente, la novel Sociedad Patriota Literaria dictó un reglamento provisorio según el cual, los magistrados y funcionarios públicos debían velar por la conducta de los estudiantes, evitando que perdieran el tiempo "en fandangos (juergas), pulperías (bares), concurso de plebeyos, Juntas de juego y casas sospechosas". Se estableció que los actos (graduaciones) del Seminario debían celebrarse en la Catedral "sin adornos ni refrescos" y se ratificó la aplicación de la Cédula Real de 1801 sobre censura de las conclusiones de los seminaristas (tesinas), pero esta vez, para evitar doctrinas contrarias a las leyes y derechos del Paraguay independiente.

Otra de las disposiciones tomadas por la Junta de notables del 8 de enero, fue la reapertura del Colegio Seminario de San Carlos, cerrado desde la invasión de Belgrano al Paraguay. Se dispuso que se rigiera por sus anteriores estatutos, aunque sustituyendo la autoridad del gobernador por la de la Junta Gubernativa.

Fue así que se abrieron las cátedras de Latinidad para la enseñanza de Gramática Hispano-Latina y Retórica; las mismas fueron gratuitas, tanto para los alumnos, padres de familia y oyentes.

A partir del inicio de clases, la Junta exhortó a los padres, parientes, tutores y a todo aquel que tuviera jóvenes a su cargo, que se aprovechasen los beneficios que el Seminario ofrecía, pues además de clases de Latinidad, aprenderían "buenas costumbres y políticas para que (los estudiantes) sean útiles a la patria..."

El Bando fue publicado en Asunción y en todas las villas, poblaciones y partidos de la campaña y se recomendó a los jueces de Paz que pusieran de su parte para que la invitación llegara a todos los rincones del país.

Otras instituciones abiertas por la Junta en función al Bando del 6 de enero fueron la Academia Militar que funcionó en el Cuartel General, junto al Cabildo, bajo la dirección de un oficial veterano.

Para la Escuela de Primeras Letras fue reelegido José Gabriel Téllez, quien se desempeñaba como tal desde los tiempos del gobernador Ribera. El Cabildo lo confirmó en el cargo luego de examinarlo en "lectura, caligrafía, las cuatro operaciones fundamentales, regla de tres y doctrina cristiana".

También se creó una Cátedra de Matemáticas y se dio inicio a una Biblioteca Pública, para la cual se encargaron en Buenos Aires e Inglaterra, obras de Locke, Rousseau y otros. En consonancia con la apuesta a la enseñanza pública y gratuita, la Junta Gubernativa aprobó las Instrucciones para Maestros de Escuelas, el 7 de febrero de 1812. Ellas instaban a los maestros a usar con los niños "dulzura, paciencia, bondad y ternura, como si fueran sus hijos" y a esforzarse más "en hacerse amar que cuidar de que ellos comprendan que los ama". Señalan, además, que la mejor enseñanza que el maestro podía dar era su propia conducta:

"La experiencia enseña -dice en uno de sus artículos ­que la educación civil se aprende únicamente en la infancia y niñez; y que el ejemplo entonces es la voz viva y eficaz: los niños imitan siempre lo que ven y hacen pocas veces lo que oyen".

Aconseja a los maestros a estudiar el genio, inclinación, talento y pasiones de los niños para dirigirlos con prudencia y sujetarlos a los límites de la razón, reconociendo la desigual condición de los mismos.

Refiriéndose a la disciplina educativa, las Instrucciones condenan el azote, las bofetadas, palmetas y otros golpes, salvo casos de extrema gravedad. Citando a Montaigne, señalan en otra parte: "Yo desapruebo toda violencia en la educación de un alma tierna que se forma para la libertad y el honor".

Uno de los colaboradores de la Junta en materia educativa fue el doctor Luis Zavala, egresado de la Universidad de San Felipe de Santiago de Chile, quien trajo el horror hacia el sistema escolar basado en el grito y el látigo imperante en Chile, donde las escuelas "eran antros de terror, en cuyas duras bancas solían perder junto con el reposo y la alegría, el uso de la razón misma". Zavala vino imbuido de las ideas desde Locke a Pestalozzi que estaban revolucionando la pedagogía, buscando sustituir el terror por la persuasión para la educación infantil. Zavala encontró resistencia de parte de algunos miembros de la Sociedad Patriótica, recelosos de innovaciones audaces y quiso renunciar a ella. La Junta lo disuadió de su intento, al señalar que "las almas de los juiciosos literatos no deben rendirse a los tiros de lo contradicción, ni dejar de combatir con la palabra y la pluma los errores con que el fanatismo ha contaminado el estudio de las ciencias".

La Sociedad Patriótica Literaria tuvo vida efímera y los planes de la Junta Superior Gubernativa no pudieron aplicarse tal como sus tres integrantes lo habían proyectado. La situación se agravó con el cierre del Seminario Conciliar, por orden de Francia en 1823, y la extinción de las comunidades religiosas, en 1824; con ellas desaparecieron las cátedras que se impartían en los conventos de la Merced, San Francisco y Santo Domingo en Asunción y las clases que se daban en el convento de Santa Bárbara de Villa Rica, único centro de nivel medio del interior del país, desde los tiempos de la colonia.

La labor cultural de la Junta Superior Gubernativa presidida por Fulgencio Yegros fue exaltada por algunos historiadores, entre ellos, Manuel Domínguez, que lo hace en estos términos: "A poco que se reflexione, se concluye que si el gobierno que desarrollaba tan grandioso programa en la aurora de nuestra independencia política, hubiera durado, el Paraguay de un salto se hubiera colocado por encima de sus hermanos...".

Fuente: HITOS DEL BICENTENARIO. Por LINE BAREIRO, MABEL CAUSARANO, MARGARITA DURÁN ESTRAGÓ, VÍCTOR-JACINTO FLECHA, BARTOMEU MELIÁ, GUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ © De esta edición SERVILIBRO. COMITÉ ASESOR, COMISIÓN NACIONAL DEL BICENTENARIO. Editorial Servilibro. Telefax: (595-21) 444 770. Correo electrónico: servilibro@gmail.com , Asunción, Paraguay octubre 2011

 

 

 

BANDO DE LA JUNTA SUPERIOR GUBERNATIVA

Asunción, 06 de enero de 1812 

Fuente: http://www.independenciaparaguaya.com

 

 

“La Junta Superior Gubernativa de esta Provincia á sus habitantes. Desde que la voluntad, y voto unánime de toda la Provincia nos sublimó al mando superior de su vasto hemisferio, toda nuestra propensión ha sido promover los sagrados intereses de la felicidad publica: ocupada esta Junta a los principios de su instalación en concertar y concordar con el Pueblo de Buenos Aires los tratados y preliminares de la reunión y alianza federativa con las ventajosas gradaciones y caracteres que se propuso el Congreso Patriótico:

 

Y dedicada no menos á mantener en equilibrio el bajel de la República, para que entre los cirtes y precipicios de la división alternativa y denegación de contrarios afectos y pareceres, no peligrasela quietudy seguridad de la preciosa Raquel nuestra amada Patria, no ha podido, manifestar, y explicar con anticipación los ardientes deseos que inflaman, y claman nuestro corazón por la mayor prosperidad, y mejora de todos sus establecimientos, ramos y demás objetos relativos al goce de los inmanentes, y augustos Derechos del Hombre, y tranquila posesión de los naturales títulos de la Propiedad, Libertad y Seguridad, sobre cuyas firmes columnas posan y descansan los Imperios y Republicas de este Globo.

 

El primer acto y función con que nos señalamos en la carrera del mando, fue el más fiel desempeño que ofrecemos a Dios y á la Patria en la religiosa observancia de nuestros deberes. Conducidos al Templo, y postrados ante la Suprema Majestad, renovamos nuestros votos con los más puros holocaustos de veneración y de respeto, rodándose que bendiciéndonos, y confirmándonos en la verdad, salvase y prosperase al Pueblo todo que unió sus preces a las nuestras en aquel augusto día; desde este momento dimos nuestros deseos a Dios, el corazón á la Patria, y el tiempo á los negocios; mas como estos han sido muchos y de grave consideración, no hemos podido desplegar toda nuestra actividad en medio del empeño que hemos contraído. Sería presunción vana y muy ajena de la sinceridad con que estamos marcados, si confiaremos en nuestras luces y fuerzas para el logro de las empresas útiles y proficuas que deben llamar todos nuestros desvelos en obsequio de la sociedad, cuya pública felicidad es el blanco á que, se dirige la presente proclama. Asegurada la independencia civil y el establecimiento de fondos para la defensa de los Derechos prescriptibles de la Naturaleza, hemos meditado sobre varios proyectos benéficos que pudieran ponerse en movimiento con ventaja y opulencia de nuestros ilustres, y dignos conciudadanos; el primero que ha dispensado nuestra vigilancia ha sido la mejora en la educación de la juventud: esta es la base, y el manantial de las virtudes morales: Todo pende en el hombre de la instrucción: poder, valor, heroísmo y cuanto puede elevarlo en esta vida sobre el común de los demás mortales: Todo está inspirado, fomentado, y promovido por la buena educación: No son menester documentos de Filosofía para persuadir a esta verdad; hechos y progresos la autorizan demasiado; en esta parte creemos que de algún modo habremos contribuido a satisfacer los conatos del Público, si como esperamos se simplifica, y arregla en la Junta que ha de celebrarse el ocho del corriente el Plan de la Instrucción y enseñanza pública .

 

Sin embargo de que se han convocado determinados cuerpos y personas, esperamos que los ingenios felices, y bien informados contribuirán con sus luces á perfeccionar la gran obra del aprovechamiento de los Jóvenes nuestros coterráneos: Las escuelas son el taller en que se forman los grandes Prelados y Magistrados, Civiles y Militares.

 

La instrucción no solamente es adorno más también es prenda necesaria a los que siguen la gloriosa profesión de las armas: Los jefes políticos y militares más se sostienen con la autoridad y buen uso de los conocimientos científicos, que con la fuerza y poder. El establecimiento de la Academia Militar, que se ha indicado, y abierto en el Cuartel General bajo la dirección de un oficial veterano, será el monumento más patético que podemos presentar de nuestra decidida inclinación a favor de todas las clases y jerarquías de este Continente: Bien sabéis honrados compatriotas que en este país por su localidad, falta de energía, y otras causas extrínsecas, no han hechodomicilio la ilustración, ciencia y artes: La aplicación sucesiva hará más brillante los buenos ingenios con que os ha dotado la Naturaleza para todas las que son más provechosas á la Religión y a la Patria. No penséis que nuestras miras son mezquinas, y que se han de limitar á la progresión que habéis oído. La erección de una Cátedra de Matemática, así que se nos proporcione el Profesor que la ha de regentar, despertará en muchos el anhelo de dedicarse á esta Ciencia que se fraternizacon otras mas: Quisiéramos facilitar en un solo momentotodos los alivios y prosperidades a que se puede extender el vigilante y paternal amor de los que como nosotros hemos sido preferidos y elevados á la cumbre de la Superior Magistratura. La hubiéramos rehusado conociendo que es una carga onerosa para nuestros hombres; pero como hemos contado, y seguramente esperamos de lafidelidad y patriotismo del Pueblo que cooperará á nuestras ideas y designios, nos abrimos con la franqueza, ingenuidad y verdad á que únicamente ofrece incienso nuestro corazón desplegado de la vil pasión que engendra el mal entendido patriotismo, el fanatismo, y la ilusión.

 

Nunca deben emplear los sabios sus discursos y talentos con más ventaja que cuando reinan las dudas, se atropellan las opiniones se forman partidos: El vulgo obra comúnmente por las primeras impresiones, y más va por donde se va que por donde debiera girar: Sus máximas más son hijas de la costumbre que de la reflexión. El gobierno ilustrado, y las personas de información deben persuadir con el ejemplo y la palabra que le abandonen, y prescriban los errores que atraigan la prosperidad y felicidad pública, y que se sustituyan los establecimientos políticos, sin confundir, ni adoptar bajo el fascinante titulo del BIEN PÚBLICO, una variedad inmensa de pareceres, teniendo por base de la reacción incontrastables los principios inmutables y fijos que fuerzan la imaginación a seguirlos: “El bien público, decía el ilustre Colegiode Abogados, es el centro de toda la ley, y de todo gobierno. El bien público verdadero y no aparente. Seríamos los más afortunados si pudiésemos aprovechar las nociones que pueda derramar la buena intención de los aplicados. Si la gloria sólida y verdadera se debe reputar por paga dieta de satisfacer á un espíritu generoso, confesamos desde luego que somos ambiciosos, y que aspiramos al renombre de verdaderos Padres de la Patria, siempre que la nuestra se honre, y ennoblezca hasta la altura de las estrellas, si cabe este encarecimiento. El único fruto de nuestro mayorazgo será la reputación de habernos empleado y sacrificado por el bien y felicidad común sin consultar nuestra comodidad y provecho. Cualquiera fatiga nos será llevadera con tal de que quede el Pueblo cumplidamente servido. No será menos glorioso a vosotros haber tenido la mayor parte en el incremento y adelantamiento de la sociedad. Cualquiera podrá con entera libertad y seguridad acercarse a nosotros, de palabra, y por escrito, que será lo más acertado, sobre los objetosque contribuyan a la prosperidad, y aumento del país. No sólo serán escuchados y oídos con benignidad, sino que recibiránde esta Junta los elogios y demostraciones, y premios que se merecen las almas virtuosas. Con esto darán una prueba de su sumisión a Dios, y a la ley natural que nos impone esta precisa obligación. “No hemos nacido solamente para nosotros mismos (decía el elocuente Marco Tulio) sino también para nuestra Patria, y para nuestros amigos. Si las diversas producciones de la tierra son para los hombres los mismos hombres han nacido para ayudarse unos á otros, y hacerse mutuamente todo bien” Debemos pues, todos entrar á la parte de los designios y miras de la naturaleza, seguir el destino que ella nos ha asignado contribuyendo cuanto podamos a la utilidad común, y a la felicidad general de la Sociedad y de todos los miembros que la componen, por un comercio recíproco de deberes y de servicios, no teniendo menos actividad para dar, que para recibir, empleando nuestros cuidados, nuestra industria, y nuestros bienes para estrechar más y más los vínculos que unen á todos los hombres entre sí “ El hombre es un animal sociable (declamaba el gran Chanciller Bacon) no solo por las leyes, mas aun por dudas de la propia Naturaleza, está obligado á sobre ayudar a los demás. Más que a todos al Magistrado y a la Patria”, cuyo amor sagrado infunde la religión en nuestros corazones teniendo a Dios por objeto. Si ella es la que da a la sumisión, y a la obediencia de los Pueblos un principio superior a toda prueba, y un fundamento inmutable ella es el origen del verdadero patriotismo de la buena fe, de la generosidad, de la beneficencia, y la que sostiene estas virtudes por motivos puros e invariables, uniendo íntimamente el bien común y general de la sociedad con los intereses particulares de todos los individuos que la componen. Sobre ella descansa la ley convencional que fija la regla de los tratados y negociaciones. Seréis unos Héroes y se conservará vuestra memoria bajo la salvaguardia de la inmortalidad, si trabajáis y os afanáis por el bien de nuestros conciudadanos y compatriotas. No exigimos de vosotros el sacrificio de los Curcios que se arrojaron a la sima, ni el de los Atilios Regulos que se volvieron a la jaula por el amor a su país. Solo os exhortamos á que desenrolléis y despleguéis todos los fondos de vuestros alcances, agotándolos, si es posible en beneficio de la comunidad. No temáis a los críticos, ni a los declamadores cínicos y mercenarios que otean siempre con ojos imbuidos á los que trabajan por nuestra felicidad, y desterrar las preocupaciones que no ha vinculado en patrimonio, el predominio, la educación, y las trabas de la inteligencia, y opresión. Es ya tiempo que nos deslicemos, que corramos y nos desemyemos [sic] de la vida monótona, disipando la apatía inherente á los que solo viven para gravitar y vegetar sobre la esfera. Será siempre detestable decía un orador americano, el que satisfecho con la vil mecánica de tener que comer, se olvida de la noble tarea de buscar que enseñar, sepultando y malogrando el buen tesoro de los talentos bajo no difundir sus luces entre los demás. Semejantes entes serán para nosotros los más despreciables y tratados como enemigos de la sociedad con el injurioso sarcasmo de animales solitarios. Así pues confiamos, que al oír el eco de nuestra voz empezaréis a porfía en trabajar Planos, proyectos y normas que sean capaces de elevar por grados la magnificencia de nuestra amada Patria a la cumbre de la prosperidad. No os ceñimos a determinar dos puntos: el Gobierno económico y político A una materia que debe desmenuzarse con toda prolijidad. No os arredréis por los abusos aunque estén incorporados y arraigados con la constitución de nuestro Gobierno. Unos se defenderán con el influjo y poder, otros con la necesidad de la tolerancia, estos se retraerán al sagrado y vocearán que no se pueden arrancar y el sin ofensa de la Religión, aquellos se acogerán a la sombra de las providencias que sacó el engaño, y lo que debió su ser a la corrupción, a la ignorancia y a la desgracia; dirán que se hallanautorizados con la posesión inmemorial. Reducirlas cosas a su tono y primitivo estado es grave y difícil empeño, pero no imposible, si al valor, fatiga, y constancia se hermana la prudencia en el modo de hacer la reforma. Vosotros sabréis proponerla y nosotros aprovecharla. Recorred después el vasto campo de la Agricultura y Comercio que en el orden político es el quinto elemento, y el río sobre que navegan pacíficamente todas las producciones naturales, civiles y artificiales. No son estas materias algún arcano y misterio que no podamos fomentarlas sobre principios de estabilidad. Por estos canales la industria logrará toda libertad descargada de gravámenes onerosos; La emulación cobrará nuevos bríos; la concurrencia tendrá más actividad; los artesanos adquirirán más inteligencia y pericia la Población se aumentará multiplicándose la suma de las comodidades que vivifica las ocupaciones de los ciudadanos, se extenderá y acrecentará la esfera de la circulación; crecerá el consumo interior y exterior, el espíritu inventivo, y analizador tendrá más carrera, y hará prodigiosos adelantamientos en una tierra tan dorada de cosas maravillosas, y de tantas materias a que puede extenderse la predicción de un genio discursivo y emprendedor. El hacer navegable los ríos por donde se transportan los frutos de las Villas y Poblaciones el aumento en la cría de Ganados, el mejor método entre los labriegos de preparar las tierras, y las semillas, sembrar, sablar, recoger y guardar los frutos para las carestías. El aprovechamiento de las montañas el establecimiento de un arsenal. La conservación de los Yerbales que insensiblemente se van agotando y retirando por la inercia de los Beneficiadores que los dejan desmejorados y destruidos, debiendo retornar y reproducirse a los dos, o tres años. El allanamiento y apertura de caminos, los arbitrios honestos que puedan contribuir y engrosar el fondo de las entradas para levantar un cuerpo de tropas que cubran y defiendan todos los puntos y líneas de ambas costas, y que se prescriba enteramente el insoportable y tiránico yugo del servicio personal que ha sido el germen de tantos tránsfugas. E aquí, amados patricios y ciudadanos, indicados algunos de los artículos que necesitan reforma y perfección. El Paraguay en otra época surtía a las Provincias meridionales de caldos, y harinas; se comunicaba con las del Perú y Pueblos de los Chiquitos hasta poco há. Santa Cruz de la Sierrafue fundación nuestra. Nuestros mayores en medio de insuperables dificultades nos trillaron el camino. Será gran mengua para nosotros sino los imitamos, o excedemos. La Junta á dispendio de desembolsos, y fatigas reanimará y vivificará vuestros pensamientos. Anden pues, unidas en vosotros las palabras y la intención; aunque la lengua las forme y articule, sea el corazón quien las dicte; eneste importante objeto se reúnen inseparablemente el interés de la Provincia, y bien del Estado. Las fuentes de la Felicidad no son abundantes sino en cuanto son puras y legítimas; la concordia y armonía recíproca mantendrá en vosotros el atractivo, encadenará cada vez más los afectos, y os atraerá una bendición singular, haciendo os más útiles a la Patria.Este será nuestro estudio y afán , el deseo será obra nuestra la utilidad de vosotros: alargaremos las manos a las recompensa, aliviaremos a los miserables, como ya lo hemos verificado, declarando exentos de tributos a los Indios, no reinará más la opresión, las gracias ymercedes se repartirán con orden: Será infaltable y puntual el despacho de los negocios públicos: Podemos con alta cara gloriarnos de habernos desprendido de todos los expedientes rezagados con la puntualidad que nos encargan las leyes; nuestras puertas están abiertas a toda hora para oír y despachar, y si alguna vez nos negásemos voluntariamente os damos licencia para que nos repitáis lo que una pobre mujer dijo a Filipo de Macedonia: “ Pues sino tenéis disposición para oírme y hacerme justicia dejad de ser Rey a lo que respondió otra viuda al Gran Trajano en semejante ocasión: Busca el galardón en las obras que hicieres, y no en las que obrare el otro: Que el mérito ajeno no ha de ser tuyo propio. El desinterés se manifestará en nuestros semblantes, y la voz de nuestras conciencias. Se escuchará cuando en los últimos períodos del mando os preguntemos como Samuel a los Israelitas: Decid, decid, delante de Dios si hemos abusado de nuestra autoridad o recibido regalos y dones de algunos de vosotros. En el orden civil y político debe ser igual nuestra vigilancia, y la vuestra. Este orden contra el cual se critica por ingratitud, equilibra la equidad de las leyes con la igualdad de las condiciones y clases: restablece sus derechos al orden de la naturaleza: hace que la subordinación suceda a la independencia la regla a la confusión, la justicia a la fuerza; la seguridad pública a la quietud, y el reposo a las aberraciones.

 

El resorte secreto de que se ha valido nuestra Provincia ha sido como habéis visto el amor a la Patria, amor tan natural como el de nosotros mismos, y el de nuestros Padres, que nace con nosotros por instinto, y que después confirma la razón: Que desde luego se establece por el interés pero que se sostiene con el honor y la virtud.

 

Estos principios nos manifiestan que nuestro carácter debe ser una conformidad consonante y completa del corazón con el orden, y nuestros deseos; Haya sí, entre vosotros la noble emulación que se admiró en otro tiempo entre las dos tribus de Judá y las Diez de Israel sobre cuales habrían de hacer mayor servicio a David. El Congreso y Asamblea que ha de celebrarse con oportunidad examinará en la crisopeya y balanza de Astrea nuestras operaciones: aplaudirá las vuestras, y con ella acordaremos los reglamentos, estatutos y demás establecimientos para mantener el sistema público, y que no se desordenen, y paralicen las deliberaciones que ha dictado la Provincia contra los atentados políticos. Por conclusión valiéndonos del apóstrofe del Grande Constantino que nos conservó Teodosio en su Código, os recordamos sus palabras “Si hay alguno de cualquier lugar, orden ó dignidad que sea, que confíe poder probar verdadera, o concluyentemente alguna cosa que parezca haber sido hecho contra razón y justicia, lléguese a mi sin miedo, y con libertad y dígamelo. Yo lo escucharé todo, y yo mismo seré el Juez y si se probase plenamente, yo mismo tomaré por mí la vindicta. El que estuviereseguro de que dice verdad, hable y dígala francamente. Promoveré y favoreceré al que me lo revelase y comprobase. Así me favorezca siempre el Sumo Dios, y me conserve bueno, como deseo para la mayor felicidad y fortuna del Público. Nos holgaremos de ello, y de cada uno nos digafrancamente su parecer, lo escucharemos muy contentos y enmendaremos las cosas como convengan a invitación del modesto Alejandro Severo, y aun con doble obligación. Es que por ahora podemos anunciaros, y si no hemos guardado el Altísimo que nos habíamos propuesto. Y no hemos brotado y animado los conceptos con la energía y síntesis que debiéramos. A vosotros toca suplir nuestros deseos. Todos debemos cooperar al mayor bien de la Religión; y de la Patria, si aspiramos como es justo a la función de la celestial, para que nacimos y fuimos engendrados. Y para que llegue a noticia de todos publíquese por Bando en la forma ordinaria, pasándose Copias al Ilustre Cabildo, Ilustrísimo Señor Obispo, y demás Villas y Partidos de la Provincia, fijándose otras en los lugares más públicos, y frecuentados. Dada en la Asunción del Paraguay a seis de enero de mil ochocientos doce. Fulgencio Yegros, Pedro Juan Caballero, Fernando de la Mora, Vocal Secretario.

 

Fuente: Archivo Nacional de Asunción, Sección Histórica,

Volumen Núm. 217 - Legajo Núm.1

Fuente: http://www.independenciaparaguaya.com




 

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