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Historia Política


Presidencia de Juan Bautista Gill García del Barrio (25 de noviembre de 1874 al 12 de abril de 1877)
(08/06/2010)

PRESIDENCIA DE JUAN BAUTISTA GILL: 1874-1877

 

            El 25 de noviembre de 1874, se inició el segundo período constitucional con la presidencia de Juan Bautista Gill. Varios acontecimientos de gran trascendencia ocurrieron durante su administración, como: la firma del tratado de paz con la Argentina

(03-II-1876) y la desocupación del territorio paraguayo por las fuerzas aliadas (22-VI-1876) después de siete años de ocupación. A fin de estabilizar la economía nacional, por ley del 22 de abril de 1875, se estableció el estanco del tabaco. El gobierno se adjudicaba la exclusividad de la explotación de este producto por 5 años, prohibiéndose la exportación o importación por cuenta de particulares. Esta ley se aplicó más tarde sobre el jabón y la sal por tres años. Igualmente se emitió el papel moneda y los impuestos existentes aumentaron considerablemente.

            En el campo cultural un hecho significativo fue la creación del Colegio Nacional de la Capital en 1877.

            Al igual que sus antecesores, el gobierno de Gill no estuvo ajeno a los movimientos revolucionarios. En diciembre de 1875, estalló una asonada en Caacupé, la cual estuvo liderada por su ex ministro del interior, el General Serrano, apoyado por las fuerzas brasileñas. Esta revolución fue controlada cuando Serrano y otros insurrectos fueron asesinados. Se sucedieron otras insurrecciones con la intención de derrocar al Presidente, pero todas fracasaron. Sin embargo, una conspiración preparada por Juan Silvano Godoy, José D. Molas, Cirilo A. Rivarola y otros conjurados, tuvo resultado. A plena luz del día, el Presidente Gill, acompañado de sus dos edecanes iba por la calle Villarrica (actual Presidente Franco) fue asesinado el 12 de abril de 1877. Los complotados huyeron a la Argentina.

Fuente: HISTORIA DEL PARAGUAY. Por MARY MONTE DE LÓPEZ MOREIRA - FACULTAD DE FILOSOFÍA - UNA. Editorial SERVILIBRO - www.servilibro.com.py  . Tel. 595 21 444770. Asunción – Paraguay, 2011 (334 páginas)

 

 

 

SEGUNDO PERÍODO CONSTITUCIONAL

Presidente: JUAN BAUTISTA GILL.

Vice Presidente: HIGINIO URIARTE.

25 de noviembre de 1874 al 12 de abril de 1877.

 

Biografía del Presidente Gill.

 

Nace en Asunción el 28 de octubre de 1840. Pertenecía a una linajuda familia. Su padre Juan Andrés Gill, ya había actuado en los combates de Paraguarí y Tacuarí (1811) y tuvo relevante actuación pública. Se le considera cronológicamente, el primer canciller paraguayo, en la época de Don Carlos. Falleció en 1865. Su madre Escolástica del Barrio y Bedoya, benemérita dama, figura en segundo lugar entre las mujeres paraguayas que ofrendaron sus joyas para la patria.

JUAN BAUTISTA GILL cursó estudios secundarios y de medicina, actuando luego en la guerra en la Sanidad Paraguaya. En 1869, comenzó a incursionar en política. Convencional por la parroquia de la Encarnación en la Convención Nacional que sancionó la Constitución.

En el primer gabinete que constituye Cirilo A. Rivarola, fue nombrado Ministro de Hacienda y se mantuvo inamovible en su cargo a pesar de las grandes dificultades políticas que tuvo que afrontar. Durante el gobierno de Jovellanos, se desempeña como presidente del Senado con derecho a sustituir al presidente en caso de acefalia. Benigno Ferreira era Ministro del Interior y ambos tienen desavenencias y chocan violentamente. Finalmente Gill es apresado y desterrado en marzo de 1872, no obstante el apoyo que gozaba de parte de las fuerzas de ocupación. Triunfante en la revolución de 1874, que la encabezó Gill, vuelve al escenario político. Se le nombra Ministro de Hacienda y otros cargos. Vuelve a predominar en el gobierno y su adversario Benigno Ferreira se ve obligado a emigrar a la Argentina.

Se presentó su candidatura para el período 74-78 y el 25 de noviembre de 1874 asume el mando.

Cronológicamente fue el 3º presidente de la era constitucional.

Durante su gobierno las fuerzas extranjeras desocupan el país (22-VI-76); se firmó el tratado MACHAÍN-IRIGOYEN de límites con la Argentina (3-II-76). Se logró que la nación vecina reconociese como paraguayo el territorio comprendido entre el río Verde y Bahía Negra (antes pretendía adjudicarse todo el Chaco).

Asimismo, durante su gobierno se creó el COLEGIO NACIONAL (decreto 4 de enero del 77) y se llevan a cabo otros importantes emprendimientos.

Una conjura se tramaba en contra suya y el 12 de abril de 1877 es alevosamente asesinado en pleno centro de Asunción. Estuvo desposado con doña CONCEPCIÓN DE BEDOYA y tuvieron cinco hijos. Esta dama al quedar viuda se casó con el GRAL. CABALLERO.

EL PRESIDENTE GILL NOMBRÓ A LOS SIGUIENTES MINISTROS:

INTERIOR: Gral. Germán Serrano; RELACIONES EXTERIORES: Dr. Facundo Machaín, HACIENDA: Emilio Gill (hermano del Presidente); JUSTICIA, CULTO E INSTRUCCIÓN PÚBLICA: Gral. Bernardino Caballero; GUERRA Y MARINA: Gral. Patricio Escobar.

El Presidente Gill tenía un hermano en el exterior, Pedro Gill, que realiza negocios en conexión con el mandatario. La emisión de un millón de pesos, la mayor desde la terminación de la guerra, en billetes de curso forzoso, inconvertibles, produce un inmenso malestar en la población y bien pronto comienzan a sentirse sus perniciosos efectos.

Sin émulos capaces de contrarrestarle, Gill ejerce la mayor autoridad ejecutiva de que haya memoria en la era constitucional, contando con el firme apoyo de las guarniciones del Brasil.

La presencia del Dr. Machaín como canciller era algo así como la fachada para cubrir las apariencias, pues el mismo pertenecía al grupo de los disidentes, desde su caída el 10 de setiembre del 70.

Surgieron complicaciones de orden interno y externo y la situación se desestabiliza. Se hace notar una sorda hostilidad y antagonismo entre Gill y el barón de Yaguarón Gral. Auto Guimaraes, jefe de las fuerzas de ocupación, por lo cual el presidente trata de lograr su retiro, y el del barón de Yvinheina, sin conseguirlo. El ministro brasileño Gondim se retira de Asunción y lo reemplaza Pereira Leal.

La pavorosa crisis reinante provoca profundo malestar en los círculos económicos y financieros; el presupuesto acusa un gran déficit. El Estado no cumple sus compromisos más apremiantes. Por ley del 30 de mayo del 76 los empleados públicos sólo perciben medio sueldo y con atraso.

Viendo Gill que su situación se hacía insostenible, busca el asesoramiento de hombres ilustres que pudieran sugerirle una solución, entre ellos, José Urdapilleta (el héroe de Curupayty y Angostura), el Dr. Benjamín Aceval y José Segundo Decoud. Los mismos sugieren la abolición de los estancos de algunos productos y el retiro de la circulación de los billetes de curso forzoso, bajo cualquier sacrificio. Pero la aplicación de la reforma trae otra secuela de dificultades. Se recurre entonces al supremo expediente de atacar las últimas reservas del patrimonio fiscal: las tierras y edificios públicos. Estos hechos configuran una verdadera recesión económica. Viéndose abandonado por el Brasil que le negaba su ayuda y en vista de que sus relaciones con el nuevo ministro Pereira Leal tampoco eran cordiales, Gill resuelve cambiar de rumbo y enfila su proa hacia la Argentina. Lo hacen en forma disimulada, por intermedio de un comerciante argentino, Adeodato Gondra, con el cual está emparentado y que era cuñado de Urdapilleta. Sobreviene un sensacional cambio: Urdapilleta se hace cargo de la cartera del Interior; Adolfo Saguier de la de Hacienda (octubre/75). El Gral. Serrano, ministro del Interior, queda cesante y es apresado; el Gral. Emilio Gill también cesa.

Despechado, el ministro brasileño procura por todos los medios provocar la caída del Pdte. Gill y trama varios complots subversivos, desbaratados gracias a la energía de Urdapilleta. Decididamente predomina la Argentina en los ajetreos políticos paraguayos, lo cual es inadmisible para su ex-aliado, el Brasil. Una de las revueltas se inicia en Caacupé el 8 de diciembre de 1875, dirigida por el Gral. Serrano.

El infortunado Serrano posteriormente cae prisionero en poder de las fuerzas gubernistas y asesinado en Caazapá, junto con otros insurrectos. El 22 de junio de 1876 abandonan Asunción, los restos de las fuerzas brasileñas, lo que constituyó un gran acontecimiento, declarándose feriado ese día por el Congreso. Asunción había sido ocupada desde el 11 de enero de 1869.

En Río de Janeiro se reúnen en 1875, el plenipotenciario paraguayo Jaime Sosa Escalada y el intransigente ministro argentino Dr. Carlos Tejedor, que siempre se mantuvo inflexible con el Paraguay en sus pretensiones. Presionado por Tejedor, Sosa resuelve firmar el 20 de mayo de 1875 un tratado por el cual cede Villa Occidental (hoy Villa Hayes) y el territorio hasta el río Verde a la Argentina así como las Misiones y la isla Cerrito, pero el gobierno paraguayo informado de estas leoninas concesiones lo desautoriza y lo declara cesante (decreto P.E. 17-VI-75); esto lo decidió presionado por el Brasil.

Las arduas negociaciones entre Argentina y Paraguay continúan en 1875 y hasta principio del 76. Con este motivo, las relaciones entre ambos ex aliados pasan por críticos momentos y se ponen al rojo vivo. Brasil se oponía a que Argentina obtuviera concesiones en el Chaco y de esta tirantez a la postre obtuvo ventajas el Paraguay y salvó el Chaco, finalmente.

El 28 de enero de 1876 el gobierno paraguayo en una desconcertante actitud había llegado a aceptar someter a arbitraje todo el Chaco hasta Bahía Negra.

En compensación la Argentina concedía el "libre cambio" por 10 años. Fueron comisionados Benjamín Aceval y José Falcón para comunicar al negociador nuestro canciller Dr. Machaín la resolución, pero gracias a Dios los mismos llegaron tarde, cuando ya se había firmado el tratado entre Machaín y Bernardo de Irigoyen, canciller argentino, en Buenos Aires, el 3 de febrero de 1876, de límites, paz, comercio y navegación. Durante las negociaciones el Dr. Machaín, defendió con altura los intereses de nuestra patria, pero no pudo evitar qué el Paraguay perdiera el actual territorio argentino de Misiones, el comprendido entre los ríos Pilcomayo y Bermejo (actual provincia de Formosa), las islas de Apipé y Cerrito (Atajo), conviniéndose en someter a arbitraje la parte del Chaco comprendida entre los ríos Pilcomayo y Verde (ver laudo Hayes 12-XI-78). Pero el Paraguay salvó el gran Chaco, entre el río Verde y Bahía Negra. La Argentina se anexó en total 94.080 km2. de la heredad patria.

El Brasil por el tratado LOIZAGA-COTEGIPE se había anexado poco más de 62.000 km2. En total, el Paraguay perdió más de 156.000 km2. de territorio patrio, después de la guerra 64/70.

Con la firma de dicho tratado, el Paraguay por fin resolvía sus cuestiones de límites y se quitaba las últimas cadenas, secuela de la terrible hecatombe. El 23 de marzo de 1876, Cándido Bareiro firma en Londres un monstruoso tratado por el cual el Paraguay casi se convierte en factoría inglesa. Fue con los tenedores de bonos en Londres. Convenio aprobado por ley del 28 de junio de 1876. Por el mismo se transfería el ferrocarril hasta Paraguay, varios edificios públicos, incluso el Palacio de Gobierno, el monopolio de la explotación de la yerba mate, etc.. Contrato que objetó el gobierno brasileño, el cual protestó, y gracias a ello el Congreso, en última instancia, rescinde el convenio (13-XII-76).

En agosto de 1876, la Argentina retira sus tropas de Villa Occidental. El Dr. Machaín deja la cartera de Relaciones Exteriores y lo reemplaza el Dr. Benjamín Aceval (22-XI-76). Por razones de economía se reduce el ejército a 400 hombres.

El 4 de enero de 1877 se sanciona la ley que; crea un COLEGIO NACIONAL en Asunción, a iniciativa del ministro de Justicia, Dr. Benjamín Aceval, y la promuiga el P.E.. Las ciases se inician al año siguiente, en marzo de 1878.

Entretanto, varios caracterizados exponentes de la oposición, entre ellos Juan Silvano Godoy, ex convencional y más tarde dueño del museo y biblioteca que llevaron su nombre; su hermano Nicanor; dos caudillos audaces: José Dolores Molas y Matías Goiburú, etc., disconformes con la gestión gubernativa de Gill, tramaban sigilosamente un complot para eliminarlo. El actor principal debía ser Juan Silvano, pero su hermano Nicanor le pidió que se ausentara del país y que él sería el magnicida. El 12 de abril 1877 el presidente Gill, deja su domicilio de las calles Igualdad y Caapucú (hoy 25 de Mayo y Yegros), a las 10 hs. de la mañana, acompañado de sus edecanes, Capitanes Esquivel y Bentos. Se dirige a pie a su despacho, situado entonces en la planta baja del edificio del Congreso. Después de traspasar la esquina de la calle independencia Nacional y Villarrica (hoy Pdte. Franco), y pasar frente al edificio ya demolido que antaño fuera residencia del Gral. Vicente Barrios y durante muchos años sede el Ateneo Paraguayo, sale de una de las piezas Nicanor Godoy y le hace fuego con una escopeta de dos caños, con cartuchos preparados ex-profeso, con trozos de rejas de hierro. Se escucha un angustioso grito y el presidente cae mortalmente herido. El Cdte. Molas hirió de un balazo al Capitán Esquivel. Ambos edecanes se retiran del lugar.

Desde hacía días, flotaba en el ambiente un hálito de tragedia. El presidente había sido advertido por varias personas que su vida corría peligro, pero hizo caso omiso.

Los conspiradores, consumada el crimen, con sus montados listos se dirigen hacia la estación del ferrocarril, con intención de seguir a Trinidad, pero por fin optan por dirigirse a Luque por el camino Manoná (hoy Avda. Gral. Genes).

En el trayecto se encuentran con el Gral. Emilio Gill, hermano del presidente extinto, y lo ultiman, cortándole una oreja, que es exhibida como macabro trofeo, en un ensañamiento morboso. Al respecto, señalemos que un nieto del Gral. Gill nació con un defecto congénito. Le faltaba una oreja. Algo enigmático.

Ese mismo día, lanzan un manifiesto, uno de cuyos párrafos expresa: "La Patria al fin respira con libertad, contemplando el cadáver de su verdugo; a nosotros toca la tarea de hacer duradera su libertad, so pena de que se nos responsabilice de haberla traicionado".

Poco después, apareció impreso en Corrientes otro largo manifiesto, explicativo de los sucesos, que conmovieron profundamente a todo el país.

Fallecido el Presidente, asume el VICE PRESIDENTE HIGINIO URIÁRTE.

Fuente: HISTORIA DEL PARAGUAY CONTEMPORANEO 1869 - 1983. Autor: OSVALDO KALLSEN, Imprenta Modelo S.A., Asunción – Paraguay 1983 (215 páginas).

 

 

LA PRESIDENCIA DE JUAN BAUTISTA GILL : La presidencia de Gill comenzó con un llamado a la conciliación nacional. Si bien su gabinete fue copado por aquellos que lo apoyaron para llegar al poder, CABALLERO, ESCOBAR, SERRANO, y BAREIRO, la presencia de FACUNDO MACHAÍN como ministro de relaciones exteriores indicó su voluntad inicial de incluir otros sectores políticos dentro de su gobierno. Teniendo en cuenta que Gill contaba con el apoyo del gobierno del Brasil, su inicio parecía alentador en cuanto a sus posibilidades de sobrevivir en el gobierno sin mayores sobresaltos. Además inesperados enfrentamientos entre los representantes civiles y militares del gobierno del Brasil otorgaron aún más margen de independencia política a Gill. Con estas ventajas, Gill se lanzó a tratar de solucionar el problema del crédito internacional y al mismo tiempo intentó atraer migraciones que pudieran activar la raída economía doméstica.

En cuanto a la administración del estado, Gill impuso dos medidas con la convicción de que aportarían más firmeza al ejercicio del poder. Por un lado, Gill sacó del gobierno un buen número de extranjeros que trabajaban para el estado paraguayo. Dada la falta de personas nacidas en el país con comprobada capacidad para administrar el estado en general, buena parte del funcionariado público de la época inmediatamente posterior a la guerra era de origen foráneo. Gill cambió esto y nacionalizó el funcionariado público. Con esto también pudo reforzar su control político sobre los nuevos funcionarios asegurándose con eso su lealtad política teniendo en cuenta que estos nuevos empleados estatales le debían el trabajo al mismísimo Gill. Con el mismo objetivo de apretar las riendas de los órganos gubernamentales nacionales, Gill buscó aumentar su poder sobre los jefes políticos regionales dándoles más poder y forzándolos a mantener lealtad hacia el gobierno central.

Por otra parte, el gobierno de Gill buscó tensar más el de por sí laxo sistema fiscal vigente. Con este objetivo impuso los estancos de tabaco, sal y jabón. Además instituyó impuestos sobre el capital y la propiedad. Aun con todas estas medidas, la situación económica permaneció estancada. Al punto que debió suspender el pago de las amortizaciones e intereses de las deudas contraídas en Londres. Como alternativa para combatir la crisis económica, el gobierno de Gill recurrió a la medida de emitir billetes inconvertibles. Nada pareció darle resultado.

Las críticas internas fueron escalando debido a la falta de soluciones a los problemas locales. Los focos de corrupción dentro del gobierno también aumentaron las molestias en los sectores populares. De nuevo el enriquecimiento meteórico rodeaba a todos los actores principales del gobierno de Gill. Además del nepotismo, en especial evidente en el nombramiento de su hermano Emilio en el gobierno, Gill adquirió propiedades para su familia y utilizó soldados de la armada paraguaya para trabajar en sus campos. Las acusaciones de corrupción también vinculaban al gobierno con las concesiones fraudulentas de monopolios altamente rentables como el caso del tabaco.

También los gobiernos aliados comenzaron a molestarse con el gobierno de Gill. Cabe destacar en este sentido que los gobiernos aliados, además de las obvias intervenciones que podían jugar en el campo de las relaciones diplomáticas o a través de sus propios ejércitos, también tenían otras maneras de influir en la política paraguaya. Una era el uso de medios de prensa escritos por los ejércitos de ocupación. Si bien muchas veces los gobiernos de Argentina y Brasil se limitaron a subsidiar medios de prensa aliados, en otras ocasiones ellos directamente manejaron publicaciones en el Paraguay. El ejército de ocupación brasileño alentó los ataques al gobierno de Gill a través de su publicación escrita, A GAZETA BRAZILEIRA. Otro medio de comunicación directamente a cargo de los militares brasileños en Paraguay fue EL CABRIÓN. Aunque estos medios estaban también dirigidos a contrarrestar la influencia del ejército de ocupación argentino, que tenía a su vez su propio órgano de comunicación semioficial en el diario AMIGO DEL PUEBLO, en el caso de Gill ambos medios militares brasileños se convirtieron en el vehículo de expresión de la animadversión que el general Guimaráes desarrolló hacia Gill.

Ante los sucesivos ataques periodísticos contra su gobierno, Gill contraatacó a través de la justicia y envió un juez a intervenir EL CABRIÓN. El juez exigió a los periodistas, todos ellos militares brasileños, que den a conocer los nombres de las personas responsables de los libelos difamatorios emitidos contra el gobierno de Gill. Los militares se negaron a responder las inquisiciones del juez. En otra instancia más de la puja interna entre GONDIM desde el cuerpo civil y GUIMARÁES desde el militar, el anterior trató de hacer entender al último de la necesidad de un acercamiento con el gobierno que prevenga el posible giro argentinista del gobierno de Gill. Guimaráes no solo se negó a concertar sino que se burló del propio juez cuando fue llamado a declarar. Gill respondió de manera firme clausurando los dos diarios del ejército brasileño. Para ello claro está que Gill contaba con el apoyo del representante diplomático Gondim en su disputa con el general Guimaráes. Este caso devela el internismo que también existía dentro del accionar del gobierno del Brasil y dejaba resquicios que una política local hábil, como en esta ocasión la de Gill, podía explotar. Además también evidencia la falta de poder que rodeaba el accionar del brazo judicial frente a las fuerzas de ocupación.

Con el tiempo sin embargo, Gill perdería a su aliado Gondim. En su reemplazo fue nombrado Pereyra Leal. Con esto fue el jefe del ejército de ocupación brasileño, el general Guimaráes, quien salió fortalecido. Con la llegada de PEREYRA LEAL, el margen de movimiento de Gill volvió a reducirse justo cuando más necesitaba poder de decisión. La falta de resultados económicos, sumado al ineficiente proceso de negociación con los diplomáticos aliados, obligó a Gill a introducir nuevos cambios en su gabinete. JOSÉ SEGUNDO DECOUD y BENJAMÍN ACEVAL llegaron al gobierno a través de estas movidas desesperadas de Gill por conseguir resultados que le mantuvieran en el cargo.

La nueva inteligencia aportó un plan de reforma articulado desde la Comisión Redactora de Proyectos de Reformas, precisamente generado con el objeto de lograr en un plazo corto alterar el rumbo del país. Entre las ideas emanadas de la Comisión, ni los Consolidados Paraguayos, las Juntas de Crédito Público, o las Leyes de Dorión ayudaron mucho con las crecientes demandas económicas del país. Aunque el intento original era poner orden en la desajustada realidad del país, los planes no dieron los resultados esperados. Como consecuencia, interesantes proyectos ya en funcionamiento que tenían por objeto dinamizar la economía terminaron por colapsar frente a las equivocadas reformas. Tanto la Asociación del Comercio Paraguayo como la Caja de Conversión, dos instituciones financieras que se ocupaban de facilitar las transacciones económicas y que fueron creadas por actores privados se desmantelaron como parte del programa de reforma gubernamental para ser adquiridas por el gobierno. La debacle puede ser expresada en los números totales de exportaciones e importaciones que cayeron de 1.685.886 $ en 1873 a solamente  490.138$ en 1874 para tocar fondo con 267.509 $ en 1875. Si bien es cierto que estos números reflejaban en gran medida crisis económicas regionales que afectaron a la Argentina y el Uruguay, los grandes destinos de los productos locales y los proveedores de productos con mayor demanda doméstica en ese momento, también es cierto que las medidas de auxilio económico no colaboraron sino que agravaron la situación bajo la administración de Gill. Si todas estas medidas tomadas por el gobierno de Gill fracasaron en el intento de subir la recaudación fiscal, la venta de tierras y propiedades públicas de 1875 fue la única excepción que se convirtió en la medida exitosa del gobierno para recaudar más fondos. Con estas ventas, el gobierno de Gill volvió a respirar financieramente y pudo mantener su administración en movimiento.

Aunque el trabajo de Decoud no fue tan efectivo en lo económico, su diario LA REFORMA, creado específicamente para apoyar su plan articulado desde el gobierno, le sirvió para avanzar dos posiciones fundamentales que encabezaron la agenda de las relaciones internacionales del Paraguay en los años siguientes:

1) lograr el final de la ocupación militar; y

2) cerrar un tratado con el gobierno de la Argentina. Esta dimensión internacional se convertiría central también durante la gestión de Gill.

Fuente: EL PARAGUAY DE LA POST GUERRA (1879-1900) Autor: CARLOS GÓMEZ FLORENTÍN. COLECCIÓN LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 8 © Editorial El Lector, Asunción-Paraguay 2010

 

 

JUAN BAUTISTA GILL: APORTE DE PROFESORES EXTRANJEROS Y CREACIÓN DEL COLEGIO NACIONAL

En su adolescencia Juan B Gill viaja a Buenos Aires para terminar   estudios secundarios e iniciarse en el estudio de la medicina. Regresó al Paraguay al declararse la guerra y se alistó por sus conocimientos de medicina en la sanidad militar. Desde muy joven participó de la vida política; ya en 1969 integró la comisión que peticionó la formación de un gobierno provisorio. Durante el gobierno de Rivarola se desempeñó como Ministro de Hacienda y estando en este cargo fue acusado por la Cámara de Diputados por malversación. Las revueltas y luchas políticas dan por resultado el apresamiento y deportación de Gill al Uruguay. Con la revolución del 2 de enero 1874 regresa y merced a los acuerdos políticos ocupa nuevamente la cartera de Hacienda. En compañía de Higinio Uriarte asume la presidencia de la república el 25 de noviembre de 1874 cuando tenía 33 años, presumiblemente constituyéndose así en el presidente más joven que ha tenido el Paraguay. Su trágica y completada muerte ocurre en 1877 a la edad de 37 años.93

Todo su periodo presidencial fue acompañado como Ministro de Justicia Culto e Instrucción Pública por Bernardino Caballero. Dos hechos dignos de destacar bajo el gobierno de Gill en materia de fomento de la instrucción pública son el aporte y el interés en la contratación de profesores extranjeros y la creación del consejo que estudió y llevó a cabo la creación del Colegio Nacional en la Capital. El aporte de profesores extranjeros a la educación en el Paraguay no es  precisamente una realidad nueva. Sobran datos de profesores que en la preguerra se desempeñaron como profesores de diversas ramas. Al término de la contienda y con el fin de organizar la instrucción pública en el Paraguay, hay datos de más de un profesor extranjero que ofreció sus servicios y solicitó nombramientos especiales para el desempeño de su labor.

Un ejemplo es el caso de un alemán de nombre Jorg Y.  Katzenstein, quien envió una carta al ministro del ramo exponiendo las bases sobre las cuales se comprometería a ocuparse de la Instrucción Pública en el Paraguay. El señor Katzentein solicitaba su nombramiento por decreto al cargo de Director General de Educación con un sueldo mensual de 300 pesos.94 Presumimos que debido a las altas ambiciones que incluía su solicitud, su presencia en Paraguay no se dio. Hasta donde se pudo investigar no existen testimonios de la presencia del referido profesor en tierras paraguayas. Otro ejemplo del aporte de profesores foráneos puede ser la labor de la profesora Emilia Margarita Sauckens quien presentó un proyecto y desarrolló un centro de preparación de monitoras para señoritas en el año 1874. Por su carácter y temperamento difícil y desavenencias con las autoridades del ramo se tuvo que despedir a la referida señora.95

El más valioso aporte de profesores extranjeros bajo la presidencia de Gill, sin duda lo constituye el aporte del Profesor Pedro Dupuis. No siempre es posible hacer justicia a todos quienes aportaron su inteligencia y capacidad a favor del país. Probablemente esto ocurre con Don Pedro Dupuis, a quien los libros e investigadores de historia cultural del Paraguay poco mencionan. El primero tal vez en mencionarlo fue Juan Crisóstomo Centurión en su Memorias y se refiere a Pedro “Dupuy”  96 como un excelente profesor de matemáticas. También Luis G. Benítez hace una referencia al matemático francés Pedro “Dupuy”, de quien dice que regresó al país luego de 1872. El aporte de Dupuis consistió en lo que se podría llamar el diseño del plan educativo que debía instalarse en el Paraguay.

Dicho  plan contempla la educación inicial, secundarla y superior. Igualmente en dicho plan se diseña la estructura administrativa por medio de la cual debe ser conducida la educación. Con mayor detenimiento se estará analizando el tema bajo el punto de aportes de profesores extranjeros.

La creación de la Comisión que debía formular y proponer al presidente de la república el establecimiento del Colegio Nacional fue impuesta por ley nacional del 4 de enero de 1877. El nombramiento de dicha  comisión por el Presidente Gill fue de las siguientes personas; Higinio Uriarte, José Falcón, José Segundo Decoud, Dr. Benjamín Aceval y el Dr. Próspero Gamba. Esta comisión se encargó de diseñar, reglamentar y poner en marcha el Colegio Nacional cuya ley de creación fue promulgada 4 de enero de 1877, por el presidente Juan Bautista Gill 97

Dos valiosos hechos tuvieron lugar bajo la presidencia de Juan B. Gill. La apertura de su gobierno a profesores extranjeros y la creación   del Colegio Nacional. Esta combinación ha dado al Paraguay un valioso soporte para el desarrollo educativo del país y la formación del liderazgo de las generaciones venideras.

NOTAS

93 Luis Freire Esteves El Paraguay Constitucional 1870- 1920. Pgs. 30 al 38

94 A.N.A. Ministerio de Justicia C. e I. Pública (1872) Vol I. Pg. 143. Bases y propuestas para el nombramiento de un profesor extranjero como Director General de Educación.

95 A.N.A. Ministerio de Justicia Culto e I. Pública (1874) Tomo II. Pg. 28.

96 A.N.A. Ministerio de Justicia Culto e I. Pública (1874) Vol II. Pg. 57 y siguientes. La documentación que obra en el Archivo Nacional de Asunción la firma legible registra Pedro Dupuis y no Pedro Dupuy.

97 Alfredo Viola. El Colegio Nacional de la Capital: Su creación y sus primeros años. Talleres Gráficos del Ministerio de Educación y Culto. 1977.

Fuente: HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN EL PARAGUAY DE POSTGUERRA 1870 A 1920. Por FLAVIO FLORENTÍN. Editorial EL LECTOR. Asunción – Paraguay 2009 (192 páginas)

 

 

Enlace interno a documento de lectura recomendada: HISTORIA CONTEMPORANEA DEL PARAGUAY (1869 - 1920). Por GOMES FREIRE ESTEVES. Prólogo de ALFREDO M. SEIFERHELD. Reseña biográfica del autor: MANUEL PESOA. Complementos: RAÚL AMARAL. Editorial NAPA. Asunción – Paraguay 1983 (396 páginas)

 

 

 

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