EL ESPIRITU DE LA SELVA Y EL LABRIEGO
Versión: IHSOINDIH
Leme, un labriego que vivía en un ranchito situado al pie del cerro de Yaguarón, tenía la costumbre de visitar su maizal durante la siesta para espantar a los monos y pájaros dañinos que devoraban los granos. Leme usaba una honda tejida por él mismo con fibras de hojas de mbocayá, "acrotomía tetai", para espantar a los animales perjudiciales. En una de las horas silenciosas de la siesta, estaba lanzando pedrezuelas con la honda hacia el bosque cercano desde el maizal con el fin de alejar a dichos animales, y desgraciadamente una de ellas, había dado contra el espíritu de la selva que iracundo se le apareció de improviso, apoderándose de Leme, lo llevó en el interior del monte donde lo encadenó con fuertes lianas, y le escupió en la boca para privarle del habla en castigo de su imprudencia.
Al día siguiente, previa la búsqueda de los familiares, fue encontrado en el interior del matorral aledaño al maizal con el cuerpo ceñido de lianas y pronunciando palabras sin sentido e ininteligibles. Refugiado en el ranchito, y cuando volvió en su acuerdo, narraba con gestos y ademanes y frases mal articuladas el hecho maravilloso que le había sucedido. Leme vivió mucho tiempo después del suceso, pero semidemente y sin juicio cabal.
Fuente: MITOS Y LEYENDAS DEL PARAGUAY. Compilación y selección de FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH. Editorial EL LECTOR - www.ellector.com.py . Tapa: ROBERTO GOIRIZ. Asunción-Paraguay. 1998 (187 páginas)
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