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RONALDO ENO DIETZE JUNGHANNS

  NEGOCIACIONES INTERNACIONALES EN AGRICULTURA (Consultor: ARIEL NERVI / RONALDO DIETZE)


NEGOCIACIONES INTERNACIONALES EN AGRICULTURA (Consultor: ARIEL NERVI / RONALDO DIETZE)

NEGOCIACIONES INTERNACIONALES EN AGRICULTURA

Consultor: ARIEL NERVI/ RONALDO DIETZE

Serie Documentos de Trabajo: COMERCIO INTERNACIONAL

ASUNCIÓN, PARAGUAY- OCTUBRE 2002

 

MINISTERIO DE INDUSTRIA Y COMERCIO

Subsecretaría de Estado de Comercio          

PROGRAMA ATN/ SF- 5888-PR -  Banco Interamericano de Desarrollo

 

 

TABLA DE CONTENIDO

1.- Aspectos Macroeconómicos Que Afectan El Comercio Internacional  

2.- Características Del Sector Agropecuario-Forestal          

3.- Situación actual y perspectivas del Sector Agro-Rural        

4.- Los "Conglomerados" En Las Negociaciones Agrícolas     

5.- El Rol Del Sector Público Y Privado En El Desarrollo Agrícola    

6.- Instrumentos De Política Comercial Para Productos Agropecuarios          

7.- Tendencias De La Demanda Agrícola Nacional e Internacional, Incluyendo Productos Orgánicos   

8.- Organización De Exportaciones Agrícolas: Breve Análisis. Del  Caso Chileno De Exportación Frutícola

9.- Instrumentos De Política Comercial Agrícola Del Paraguay            .          

10.-Políticas Comerciales Del Área Agrícola, Intereses Y Posibles Resultados De Las Negociaciones En Los Distintos Temas, En Los Ámbitos Multilateral, Hemisférico y Regional   

11.- Políticas Comerciales Exitosas         

POLÍTICAS COMERCIALES DEL ÁREA AGRÍCOLA, INTERESES Y POSIBLES RESULTADOS DE LAS NEGOCIACIONES EN LOS DISTINTOS TÉMAS, EN LOS ÁMBITOS MULTILATERAL, HEMISFÉRICO Y REGIONAL

ING. AGR. RONALDO DIETZE  / ING. AGR. ARIEL NERVI

"Políticas comerciales del área agrícola, intereses y posibles resultados de las negociaciones en los distintos temas, en los ámbitos multilateral, hemisférico y regional"

C.   I. INTRODUCCIÓN

Cualquier acción a encarar a nivel de política comercial agrícola debe tener en cuenta invariablemente que ese sector conforma uno de los capítulos más sensibles en las negociaciones internacionales a nivel bilateral, regional, hemisférico y multilateral, en función de su impacto en el abastecimiento alimentario y su incidencia en el crecimiento económico de los países en desarrollo.

Asimismo, en un contexto de creciente globalización e interdependencia -con alto ritmo de fusiones y adquisiciones- el comercio global de alimentos ha pegado un salto cualitativo en la última década, en el marco de una tendencia general en la cual el comercio de bienes y servicios ha crecido el doble de lo que ha evolucionado la producción global.

Si bien la producción global de alimentos ha crecido la última década en función de una mayor productividad, con mayor incidencia de países en desarrollo, las exportaciones agrícolas han crecido en mayor grado a un ritmo global de casi 4% con creciente participación de países en desarrollo -del 23 al 29%-, y una proporción cada vez mayor de la producción afectada a exportaciones.

No obstante, de frente al impacto que plantea la desaceleración económica de los Estados Unidos sobre el comercio internacional y la fuerte desaceleración de flujos de inversión hacia países en desarrollo, la disminución de las expectativas de crecimiento ya conforma una realidad a la que no puede sustraerse Paraguay ni el sector agrícola en particular.

Por otro lado, no obstante la excelente performance exportadora de los países en desarrollo cuantificada a un ritmo del 5,6% anual a lo largo de los años noventa, los beneficios inherentes han sido anulados y superados por un incremento más que proporcional de las importaciones de alimentos derivadas del efecto sinérgico de fuertes aperturas de mercado encaradas unilateralmente y de la competencia desleal de algunos países desarrollados con su obstinada aplicación de subsidios cuyos efectos trascienden sus fronteras y distorsionan el comercio agrícola internacional, resultante de políticas obsoletas de posguerra en procura de autosuficiencia a toda costa como protección ante amenazas externas.

Paraguay, en su condición de miembro del Mercosur y de América Latina-Caribe, este último bloque tercer exportador agrícola con u$s 66.000 millones en 1998, aún debe enfrentar hoy en día barreras infranqueables al acceso de esos mercados fuertemente protegidos. Ello, sumado a políticas de sostén de precios que aseguran rentabilidades artificiales y determinan acumulaciones estructurales de existencias que, además de sustituir importaciones, impactan deslealmente a la baja el mercado internacional al ser exportadas, desalentando con ello la producción agrícola no subsidiada en países como Paraguay.

El Acuerdo sobre Agricultura de la Ronda Uruguay vigente desde enero de 1995 debió superar el enfoque tradicional del GATT orientado exclusivamente a problemas de acceso a mercado para poder ir a la raíz del problema de la discriminación de productos agrícolas en el mercado internacional, e incluir compromisos destinados a procurar resolver -siquiera parcialmente- las problemáticas de ayudas internas y subsidios a la exportación. Las disciplinas relativas a un manejo más transparente de cuestiones sanitarias y fitosanitarias se fijaron en acuerdo separado, para prevenir la elusión de compromisos y evitar nuevos proteccionismos sin suficiente evidencia científica.

Si bien debe reconocerse esta introducción de disciplinas por primera vez en el sector agrícola, además de la creación de un organismo de contralor como la Organización Mundial de Comercio y un sistema de solución de controversias, aún queda mucho por hacer en materia de reforma y liberalización del comercio agrícola internacional, implícito en la agenda contenida en el Art.20 del Acuerdo sobre Agricultura de la Ronda Uruguay que instruye la continuación de la reforma hacia un sistema comercial leal y orientado a los mercados-, y en los mandatos emanados de la Reunión Ministerial 2001 de Doha.

En el escenario multilateral de la Organización Mundial de Comercio, luego de la continuación en marzo de 2000 del proceso de reforma del comercio agrícola iniciado en 1995 con la Ronda Uruguay, surge una agenda renovada de negociaciones comerciales agrícolas a partir de enero de 2002, con arduo ejercicio de conciliación de intereses dispares. La mayor intervención de los países en desarrollo con su reclamo por una distribución más equitativa de los supuestos beneficios derivados de la Ronda Uruguay, determina una intención cada vez más generalizada en procura de modificar el actual estado de cosas en la dimensión agrícola, claramente violatorio en cuanto al espíritu multilateral, distorsivo en cuanto a efectos sobre el comercio agrícola internacional, discriminatorio en cuanto a distribución de los beneficios de la reforma encarada a la fecha, e insostenible en función de su creciente costo económico y político.  

En el escenario hemisférico del Área de Libre Comercio de las Américas las negociaciones comerciales iniciadas en 1998 abren una instancia inédita en la historia del comercio internacional al permitir una confrontación entre regionalismos de diverso grado de desarrollo encarados por la mayoría de los 34 países integrantes, hacia un objetivo común de libre comercio de bienes y servicios en condiciones equitativas, sin distorsiones comerciales ni barreras paraarancelarias.

En el escenario regional del MERCOSUR desde su creación en 1995, la cristalización de una política comercial agrícola común se ve permanentemente relegada por una agenda interna fuertemente condicionada y restringida por la evolución política y económica de sus miembros, junto a decisiones unilaterales en materia de política cambiaria y arancelaria, la insuficiente institucionalización del proceso, y la carencia de un sistema suficientemente ágil de solución de controversias. Esta dinámica estancada de integración, que ha determinado una desaceleración del comercio intrarregional en los últimos años, se ve alterada periódicamente por actividades a nivel de relacionamiento externo del bloque.

Como puede apreciarse, los objetivos simultáneos de liberalización y eliminación de subsidios en el comercio multilateral, la definición de una zona de libre comercio hemisférica y la concreción de una unión aduanera con una política comercial común conforman tres desafíos no menores, agravado por la proximidad de la convergencia de sus respectivos horizontes.

Adicionalmente, la creciente atención sobre el incremento de la pobreza, vinculándola con la distribución inequitativa de los beneficios derivados del comercio internacional y las externalidades perjudiciales de distorsiones y subsidios aplicados por economías desarrolladas, introduce nuevos elementos de presión en las negociaciones económicas internacionales, hacia estrategias de desarrollo sustentable que posibiliten una mayor participación de naciones en desarrollo en el comercio internacional.

D.  II. ELEMENTOS A TENER EN CUENTA EN UNA POLÍTICA COMERCIAL AGRÍCOLA

Sobre la base de un enfoque integral, al momento de plantear una política comercial para un país en desarrollo como Paraguay que tenga en cuenta características y limitantes sistémicas del sector agrícola, resulta oportuna la consideración de los siguientes elementos:

1. IMPORTANCIA DEL SECTOR AGRÍCOLA EN EL DESARROLLO

Para el crecimiento económico de países en desarrollo como Paraguay, cabe considerar cuatro argumentos a favor de la conveniencia y necesidad de consolidar al sector agrícola en forma sustentable:

A. DESARROLLO ECONÓMICO Y COMPETITIVIDAD

Un sector agrícola competitivo en la mayoría de los países en desarrollo, más allá de su importancia intrínseca, conforma el primer paso crítico hacia una expansión hacia sectores con posibilidades en el comercio internacional, debido al efecto derrame sobre la economía en general que producen servicios y actividades comerciales inherentes.

Existen estrategias orientadas a potenciar este proceso de expansión, que en el caso de Paraguay se encuentra a nivel de proyecto orientado a la formación de "aglomerados competitivos", bajo forma de concentraciones espaciales de empresas eslabonadas entre sí que aprovechen economías de escala y faciliten el aprendizaje de tecnologías, generando sinergias para incrementar la productividad.

B. DESARROLLO RURAL Y EMPLEO

Actualmente resulta imperativo cualquier acción orientada a reducir la pobreza y reducir la migración rural vía emprendimientos rurales, en particular para mano de obra joven y femenina, que además de elevar la calidad de vida promueven la infraestructura rural (comunicaciones, sistemas de transporte, provisión de agua y electricidad, etc.) generando con ello un círculo virtuoso que alienta a la radicación de inversiones.

C. SEGURIDAD ALIMENTARIA

A través de sus tres componentes disponibilidad de alimentos-poder adquisitivo de la población-dieta equilibrada, debe plantearse esta cuestión. Si bien la disponibilidad se encuentra resuelta por Paraguay en su condición de exportador neto de alimentos, la marcha de su economía y la distribución del ingreso determinarán en última instancia los otros dos aspectos.

D. RECURSOS AMBIENTALES

Ante un consumo en países desarrollados cada vez más exigente en materia de  contaminantes e impacto ambiental de procesos productivos, como así también la necesidad de un uso más eficiente de la energía, se abren nuevas oportunidades para países en desarrollo con condiciones ambientales ventajosas convenientemente certificadas.

Se impone en este sentido un seguimiento estrecho de estas exigencias, como así también del empleo de tecnologías "no contaminantes" que además aprovechen los subproductos de estos procesos.

2. CONCEPCIÓN DEL "VALOR AGREGADO"

La reciente evolución a nivel de sistemas productivos e informáticos, de apertura comercial, de comercialización y logística, de biotecnología, de calidad, de trazabilidad y de atención al consumidor, obligan a revisar el concepto tradicional de crecimiento económico que parte de la agricultura básica hacia una industria manufacturera, agregando valor "hacia adelante".

La producción agrícola moderna orientada al consumidor incorpora la transformación y la comercialización en un proceso continuo e integrado, obligando a redefinir "hacia abajo" el papel de los agentes tradicionales, al servicio de una decisión que arranca en la producción de determinado bien o servicio requerido por el consumidor, cada vez más informado sobre los procesos de producción y más exigente en certificaciones.

Por ello, en un proceso cada vez más integrado resulta cada vez más difícil separar roles y responsabilidades de proveedores, productores, procesadores, distribuidores y comercializadores. En este contexto, todo país con productores agrícolas tradicionales de commodities que no evolucionen pasará a ser un simple proveedor de insumos dentro de una cadena cada vez más compleja que tiende a la oferta de bienes y servicios diferenciados hacia un consumo global cada vez más selectivo y exigente.

Este cambio determina nuevas oportunidades y desafíos para países en desarrollo exportadores netos de alimentos como Paraguay.

3. GLOBALIZACIÓN

Los cambios tecnológicos y la apertura comercial derivada de acuerdos comerciales de última generación han determinado un fuerte incremento de las exportaciones agrícolas de países en desarrollo. No obstante, en un escenario global el crecimiento en países desarrollados ha sido tres veces superior, con el resultado de una pérdida neta de mercados para países en desarrollo.

A efectos de recuperar terreno y superar definitivamente el escalón del simple abastecedor de insumos primarios, resulta decisiva la implementación de una promoción comercial orientada a despejar efectivamente preocupaciones del consumidor global en materia sanitaria, ambiental y sobre calidad de alimentos.

Adicionalmente, superar limitaciones estructurales en materia de biotecnología (con implicancias en agroquímicos y semillas, además de desarrollo de nuevos productos) y tecnología de la información (desarrollo de nuevos mercados, transferencia de tecnología, información de mercado, bases de dato, logística, etc.)

4. URBANIZACIÓN

Más allá del fenómeno migratorio del ámbito rural hacia las grandes urbes en países en desarrollo, las proyecciones indican que en las mismas se concentrará la mayor demanda de alimentos, a duplicarse en estos países dentro de las próximas tres décadas.

Más allá de esta cuestión de índole cuantitativa, debe tenerse en cuenta el cambio cualitativo en el patrón alimentario hacia dietas de mayor requerimiento proteico y elaboración (carnes rojas y blancas, y alimentos procesados), derivado de mayor poder adquisitivo y menor tiempo en el hogar de las mujeres en el circuito laboral.

En consecuencia, resultará crítico el desarrollo a mediano plazo de un mercado agrícola eficiente, tanto a nivel nacional en Paraguay como regional en el MERCOSUR, para resolver esta oportunidad a nivel extrarregional derivada del crecimiento cuali-cuantitativo de la demanda en países en desarrollo.

5. ROL DEL SECTOR PÚBLICO

En el proceso de desregulación y transferencia de decisiones al sector privado agrícola orientado por los mercados, surge un obligado replanteo del rol público decantándose las siguientes responsabilidades en función del necesario apoyo a la producción de subsistencia y a la pequeña-mediana empresa:

a. Capacitación, generación y transferencia de tecnología

A nivel de producción, transformación, comercialización y servicios.

b. Seguimiento y monitoreo de condiciones competitivas

A nivel de standards y medidas en el ámbito sanitario-fitosanitario y de calidad, procurando institucionalizar la interacción con el sector privado.

c. Financiación accesible

A nivel de cooperativas de producción y de pequeñas-medianas agroempresas, líneas crediticias blandas en procura de mantener en todo momento un marco adecuado para la concreción de negocios e inversiones.

III. EVOLUCIÓN DE LAS NEGOCIACIONES COMERCIALES AGRÍCOLAS

A nivel multilateral, la génesis de las actuales negociaciones agrícolas puede ubicarse históricamente en la reacción durante los años ochenta contra la discriminación sufrida por el sector agrícola en el comercio internacional a lo largo de las siete rondas en la historia del GATT, desde su fundación en 1948.

Mientras las barreras al comercio de productos industrializados caían a lo largo de esas rondas comerciales, se incrementaba la protección en esos mercados contra los productos agrícolas. En los años cincuenta los EEUU asegura una suspensión de las obligaciones en el GATT para algunos de sus productos agrícolas, al igual que Suiza sobre todo su sector agrícola cuando adhiere más tarde al GATT. En los años sesenta, cuando se prohíben los subsidios a las exportaciones, el sector agrícola queda excluido de esa disposición. La última de esas rondas - la Ronda Tokio- deriva en una impasse durante los años setenta atento a la negativa de la Comunidad Europea para negociar su Política Agrícola Común y la conformidad de los EEUU, perdiéndose esa oportunidad para intercambiar concesiones en materia de reducción arancelaria entre los sectores industrial y agrícola. Los aranceles agrícolas siguen manteniéndose altos con proliferación de barreras no arancelarias y fuertes distorsiones en el mercado internacional debido a subsidios por un monto de u$s 200.000 millones en 1985.

Ya frente al inicio de la octava ronda, Uruguay convoca a principios de 1986 a funcionarios de Argentina, Brasil, Australia y Nueva Zelandia con objeto de discutir estrategias para incluir al sector agrícola en las negociaciones, países a los cuales se agregan luego Chile, Colombia, Canadá, Hungría y cuatro países del bloque ASEAN durante una reunión en agosto convocada por Tailandia donde se discuten los preparativos en Ginebra para el lanzamiento de la nueva ronda y un borrador que excluía al sector agrícola desarrollado por varios países al margen del GATT. A partir de esa reunión, Argentina, Chile, Uruguay, Australia y Tailandia solicitan incluir la agricultura en ese borrador, lo cual genera un enérgico rechazo por parte de Francia a través de la Comunidad Europea y la solicitud de retirar todo el proyecto cuya simple firma en Punta del Este ya se daba por anticipado. Ante esa reacción, vuelven a reunirse en la localidad de Cairns-Australia y, con el agregado de Fiji, conforman una alianza de catorce países orientada a la inclusión de la agricultura en el sistema multilateral, conociéndose como "Grupo Cairns" al comenzar la Ronda Uruguay en Punta del Este, diciembre de 1996, gracias al reconocimiento de los EEUU en su condición de tercer actor.

El mérito del Grupo Cairns, conformado originalmente en un 37% por países de América Latina, ha sido el de asegurar a la agricultura como tema central durante los siete años de negociación que insumió la Ronda Uruguay. Ante el escaso progreso en los primeros dos años y la intención de la CEE y los EEUU de separar al sector agrícola de las negociaciones, los países latinoamericanos del Grupo Cairns bloquearon la conclusión de la reunión ministerial de 1988 paralizando la negociación entera por meses hasta hacer desistir esa intención. El mismo resultado de la Ronda Uruguay demuestra el grado de intervención del Grupo Caims con la incorporación de sus aportes en el borrador Dunkel y luego en el Acuerdo sobre Agricultura. Ya en 1992 los cuatro países integrantes del bloque Mercosur contaban con un borrador de acuerdo agrícola regional evolucionando paralelamente al borrador multilateral, junto con otro relativo a medidas sanitarias y fitosanitarias.

Más allá de los escasos resultados logrados en términos de valores absolutos (aranceles agrícolas aún altos -diez veces mayores a los industriales-, accesos a principales mercados aún restringidos, subsidios a la producción y al comercio aún en niveles altos) deben asignarse indudables méritos a la Ronda Uruguay en cuanto a su valor como punto de inflexión respecto al comercio agrícola internacional, para el cual existe un antes y un después de estas arduas negociaciones en procura de aplicar las disciplinas del GATT a la Agricultura. A partir de esta ronda, se inicia en 1995 una nueva etapa en la cual aún queda consolidar y profundizar los resultados logrados en materia de disciplinas hasta completar el proceso de reforma del comercio agrícola internacional.

A nivel hemisférico, la Cumbre Presidencial de las Américas realizada en diciembre de 1994 inicia un largo y reciente proceso, con una manifiesta intención geopolítica de los Estados Unidos respecto a América Latina y el Caribe debido al significativo incremento de la rentabilidad de sus inversiones en la región, como primer paso hacia el objetivo final de establecer un área de libre comercio hemisférica sobre la base de tres principios básicos:  a) Maximizar la apertura de los mercados a través de altos niveles de disciplina b) Avanzar a partir de los acuerdos existentes en el Hemisferio / c-Actuar en forma consistente con las disposiciones de la OMC


A partir de 1996 comienza una intensa fase preparatoria para las negociaciones hemisféricas, tratándose los temas agrícolas en los Grupos de Trabajo de Acceso a Mercados, de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, y de Subsidios, Antidumping y Derechos Compensatorios.

La secuencia de eventos ha sido la siguiente:

Diciembre 1994: 1ra. CUMBRE DE PRESIDENTES, Miami

Decisión de establecer el ALCA, con negociaciones a concluir en el 2005

Declaración de Principios, y definición de un Plan de Acción

Junio 1995: 1a. Reunión de Ministros de Comercio, Denver

Definición de un programa de trabajo para el desarrollo de negociaciones

Elaboración de directivas y creación de Grupos de Trabajo

Marzo 1996: 2a. Reunión de Ministros de Comercio, Cartagena

Análisis de recomendaciones e informes, y elaboración de nuevas directivas

Mayo 1997: 3a. Reunión de Ministros de Comercio, Belo Horizonte

Definición del comienzo de las negociaciones, a partir de marzo de 1998

Febrero 1998: 4a. Reunión de Ministros de Comercio, San José de Costa Rica Definición de metodología de las negociaciones

Marzo 1998: 2a.CUMBRE DE PRESIDENTES, Santiago de Chile

Definición de estructura definitiva de negociaciones del ALCA.

Noviembre 1999: 5a. Reunión de Ministros de Comercio, Toronto

Vinculación del proceso hemisférico con la OMC, y medidas de facilitación de negocios. 

Abril 2000: 6a. Reunión de Ministros de Comercio, Buenos Aires

Instrucciones generales y específicas para los grupos de negociación.

(Octubre 2002: 7º Reunión de Ministros de Comercio, Quito)


Como hecho destacable, este proceso de integración hemisférica, futuro bloque comercial con producción del 25% de alimentos en el mundo, determina a partir de 1996 una estrategia activa de aproximación por parte de la Unión Europea a través de convenios con países o subregiones (México, Mercosur, Chile, Comunidad Andina, Caribe).

El proceso actual de negociación hemisférica, iniciado el 15 de mayo de 2002, presupone un intenso tramo final de negociaciones hacia el horizonte del 1.1.2005 en el cual se dará inicio al cronograma de desgravación, restando aún definir algunos aspectos inherentes a la modalidad de negociación, principalmente en el tema del tratamiento de ofertas de apertura de los 34 países miembros.

IV. IDENTIFICACIÓN DE INTERESES EN LAS NEGOCIACIONES COMERCIALES AGRÍCOLAS

La definición de los principales intereses en juego en el concierto internacional, como así también algunos eventos y acuerdos, conforman necesarios puntos de referencia cuya evolución Paraguay deberá tener particularmente en cuenta para un adecuado seguimiento de las negociaciones agrícolas comerciales.

A diferencia de la Ronda Uruguay caracterizada por un intenso contrapunto entre EEUU, la Unión Europea y el Grupo Cairns sobre la forma de someter a la agricultura bajo las reglas comerciales multilaterales, luego de la Conferencia Ministerial de la OMC en Doha el centro de gravedad se desplaza hacia las preocupaciones de países en desarrollo (Grupo de 77 países) respecto a la implementación efectiva de esas reglas y la distribución equitativa de los beneficios inherentes, obligando a considerar su condición de nuevos actores y a interactuar con ellos.

Por otro lado, la relación entre los Estados Unidos y la Unión Europea caracterizada en los últimos años por un fuerte sesgo hacia el planteo recíproco de controversias comerciales (derivadas de la discriminación en importaciones europeas de bananas, rechazos europeos de productos estadounidenses de origen animal con hormonas, barreras europeas para productos modificados genéticamente, y la denuncia europea del programa de promoción de exportaciones y del plan de alivio fiscal estadounidenses) con diverso grado de desarrollo a nivel del órgano de solución de diferencias de la OMC, aún no se encuentra con el suficiente grado de madurez como para encarar una convergencia de intereses que permita superar posiciones radicales.


UNIÓN EUROPEA

La variante a destacar respecto de las negociaciones de la Ronda Uruguay consiste en una posición europea más proclive a la consideración de los intereses de los países en desarrollo, entre ellos los menos adelantados, abandonando la posición proteccionista de antaño en defensa a ultranza de su política agrícola común, hasta el punto de generar fuertes fricciones internas con países miembros.

En la nueva agenda europea, además de ciertos cambios orientados al alivio del presupuesto comunitario asignado al sector agrícola y a un esquema menos intensivo en materia de producción agrícola basado en un criterio multifuncional de desarrollo rural supuestamente más focalizado hacia cuestiones de índole ambiental -con alto riesgo de perpetuar las distorsiones derivadas de sus actuales subsidios-, cabe destacar su estrategia orientada a un mayor vínculo con los países en desarrollo a partir de acuerdos de nueva generación con los siguientes bloques:


A) PAÍSES DE ÁFRICA, CARIBE Y PACÍFICO

Las relaciones entre la Unión Europea y los 77 países de África, Caribe y Pacífico se han manejado desde 1975 bajo el esquema de preferencias unilaterales otorgado por la Convención de Lomé, expiradas en febrero de 2000 y renovadas hasta diciembre 2007 mediante un waiver solicitado a la OMC, mientras se van negociando desde septiembre 2002 acuerdos comerciales recíprocos ("Acuerdos de Asociación Económica") a nivel de países o regiones que entrarán en vigor a partir de enero de 2008, con libre comercio entre las partes a partir de 2018-2020.

Se plantea por un lado el reclamo de algunos países de ALC contra esta renovación de preferencias unilaterales, en procura de un cambio en el actual régimen europeo de importación de bananas orientado a favorecer sus ex-colonias, mientras que por otro lado surge la disyuntiva para los países del Caribe (únicos integrantes de ALC en este grupo de 77 países) de negociar en bloque o aisladamente, como así también la alternativa de reemplazar el sistema de preferencias unilaterales otorgadas por la UE bajo el Sistema Generalizado de Preferencias por otro sistema de acuerdo recíproco bilateral que abran sus mercados a productos y servicios europeos (financieros, turísticos) con inclusión de líneas de operación orientadas al objetivo general europeo de reducción de la pobreza.

En línea con similar tipo de inquietudes, los países africanos se encuentran abocados a una coordinación más efectiva de sus áreas de integración económica, a efectos de una defensa más consolidada de sus intereses y la celebración de acuerdos de cooperación económica y comercial con la Unión Europea (post-Lomé Convention Partnership Agreement), los Estados Unidos (African Growth and Opportunity Act) y el Grupo de los 7 paíse.s más desarrollados-G7.


B) PAÍSES MENOS ADELANTADOS

La Comisión Europea acaba de aprobar una propuesta (Everything ButArms, EBA) para el libre acceso de todos los productos -menos armamentos- provenientes de los 49 Países Menos Adelantados, contando a Haití entre ellos como único país del ALCA.

En términos prácticos, sólo afectan a casi 1000 posiciones arancelarias, todas dentro de los primeros 24 capítulos del universo, es decir productos agrícolas primarios y transformados. A excepción de azúcar, bananas y arroz (supeditados a un período de transición de tres años) esos productos agrícolas cuentan ya con acceso libre sin aranceles a partir del momento de su aprobación a nivel del Consejo de la UE, permitiéndose además el beneficio de acumulación de origen entre esos países y los pertenecientes a Unión Europea, ASEAN, y los de SAARC (es decir importación de materia prima desde esos tres orígenes para su procesamiento en los PMA y posterior reexportación a la UE).

Si bien la mayoría de los productos afectados se concentran en cultivos, por el momento todos destinados a consumo propio, más allá de la colocación a corto plazo en esos países de servicios y excedentes europeos (trigo, carne porcina, leche en polvo), el desarrollo de nuevas capacidades de exportación mediante una nueva geografía de inversiones directas de inevitable origen europeo en esos países determinaría un significativo impacto a mediano plazo sobre el mercado internacional -europeo inclusive- desplazando mercados actuales y potenciales con el consiguiente perjuicio para Paraguay y el MERCOSUR dada la diferencia entre precios internacionales e internos de la Unión Europea para algunos productos de interés, la cual puede llegar a ser del orden del 160%.

Cabe destacar la firme intención de esos Países Menos Adelantados en capitalizar los resultados de Doha, tal como se desprende de sus declaraciones donde abogan por una aplicación más efectiva del trato especial y diferenciado en los acuerdos de la Ronda Uruguay, el perdón de sus deudas, la apertura de mercados para sus productos y una mayor integración en el sistema multilateral de comercio.

Las últimas Cumbres económicas del G-7 en Génova y Kananaskis, realizadas en medio de fuertes manifestaciones sociales contra la globalización, ratifican en sus declaraciones las inquietudes de los países más desarrollados respecto a acelerar el desarrollo de este segmento de países pobres para su inserción definitiva en el comercio internacional, y con ello asegurar un crecimiento económico mundial sostenido.

Respecto a la política agrícola común de la Unión Europea -PAC- cabe destacar la reciente revisión, en aras de "una mejor calidad alimentaria junto a la preservación del medio ambiente, del bienestar animal, de los paisajes y de la herencia cultural, además de incrementar la equidad y el balance social". Más allá de la evidente intención de procurar una mejor posición para aminorar el costo de la inminente expansión hacia el este europeo, reclamable por los nuevos socios de neto perfil agrícola bajo forma de asistencia económica, lo concreto es que esta reformulación no avanza en materia de eliminación de subsidios a la exportación, más allá de la intención manifiesta de tornar menos distorsivas a las ayudas internas.


ESTADOS UNIDOS

Respecto a los Estados Unidos, dos son las cuestiones que merecen atención: la autoridad de la administración para negociar acuerdos comerciales y la nueva legislación agrícola, con fuertes implicancias internas de orden político y económico.

A partir de un fuerte debate interno respecto a la distribución a nivel estatal y sectorial de las ayudas internas previstas en la nueva legislación, potenciado por el recorte presupuestario, se está planteando un vínculo con las negociaciones agrícolas multilaterales a nivel de legitimidad de esas ayudas conforme a los límites establecidos en el Acuerdo sobre Agricultura para las medidas de "compartimiento ámbar", lo cual complica la gestión de la autoridad para negociar acuerdos comerciales -Trade Promotion Authority- al discutir los legisladores -movidos por intereses partidarios, estatales y sectoriales- los condicionamientos para los negociadores comerciales estadounidenses.

La experiencia sufrida por la administración anterior con la fallida tramitación de esta autoridad -Fast Track- debido a cuestiones laborales y ambientales obliga a monitorear de cerca la evolución de esta autoridad supeditada a intereses políticos y a la capacidad de presión de los sectores, más allá del interés específico derivado de la renovación de preferencias unilaterales por parte de los EEUU en el Sistema Generalizado de Preferencias, hacia la celebración de acuerdos de libre comercio como el que se está encarando con América Central.

Respecto a la legislación agrícola -Farm Bill- recientemente sancionada, que brinda a sus productores continuidad en garantías de precio para algunos productos de interés para Paraguay, les provee pagos directos, y autoriza un costoso programa de subsidios - anticíclicos, caben las siguientes consideraciones:

a. Se ha perdido una excelente oportunidad para reducir significativamente el proteccionismo vigente por décadas y asumir un claro liderazgo luego de Doha en materia de liberalización del comercio agrícola internacional, junto con el Grupo Cairns.

b. En su condición de potencia agrícola exportadora, esta ley apunta claramente a reducir el fuerte déficit comercial mediante una mayor penetración de mercados, sin preocuparse en exceso con problemas de índole presupuestaria ni por sus compromisos internacionales firmados en el marco del Acuerdo sobre Agricultura en materia de límites para la ayuda interna.

c. Se mantiene en todo su vigor la presión política de sectores sensibles en el Congreso, manteniendo condiciones restrictivas para su importación.

d. Queda demostrado el fracaso de la anterior legislación agrícola de 1996 -Fair Acten cuanto a dejar a un sector agrícola supuestamente competitivo operando libremente según señales del mercado internacional. La caída de precios internacionales a partir de 1998 determinó un fuerte incremento de ayudas a productores, proveyendo casi el 40% de sus ingresos netos.


GRUPO CAIRNS

Resulta reiterativo expresar los intereses de esta alianza de países nucleados en 1986 en torno a un objetivo común: la liberalización del comercio agrícola mundial posibilitando un mayor acceso a sus productos, y la eliminación de distorsiones vía eliminación de subsidios a las exportaciones y disciplinamiento de ayudas internas. Los intereses de Paraguay se encuentran alineados con los de esta alianza, además del bloque Mercosur.

A través de su ejercicio interno en Ginebra y en las reuniones de Ministros de Agricultura, se van generando propuestas que los demás actores siguen con particular atención como punto inevitable de referencia, en particular buena parte de los países en desarrollo.

Se brinda a continuación una matriz con las posiciones asumidas por el Grupo Cairns, en las cuales se refleja el interés de Paraguay, en cada una de sus intervenciones:

1 COMESA (Common Market for Eastern and Southern Africa) de 19 países con 300 millones de consumidores;

SADC (Southern African Development Community) de 14 países con 190 millones de consumidores; y ECOWAS (Economic Community of West African States) de 16 países, como los más importantes.

 

 

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